Bajar documento - La nueva concepción de la historia

científica y técnica como el barco que guía al ser humano al absoluto, sobre el cauce de su
sentido 1663 .
Se reitera: después de haber alcanzado la felicidad hedónica, el desarrollo
multifacético, la realización plena de “lo específicamente humano” (Sumak kausay, se
denomina en Ecuador): ¿qué? ¿Allí se queda el ser humano rotando? 1664 La reivindicación y
recuperación de ciertas poses de la etapa de la inocencia humana a mixturarse con
comportamientos desprendidos de la súper modernidad técnica, es posible en la medida en
que el propio capitalismo ha puesto las condiciones de su racionalidad: el pensamiento
Occidental abre la mente (las culturas son formas geográficamente exitosas de realización de
una misma inteligencia; todos los pueblos se han modernizado –se han dirigido hacia un
punto único, común- por vía propia como por interacción con el sistema burgués de
existencia); las metodologías positivistas han permitido llegar a la esencia de los hechos, a la
aprehensión de sus tendencias; la técnica ha proveído de poder instrumental; de todo eso se
han contagiado tanto los rezagos de los antiguos pueblos como aquellos que fomentan su
revigenciación (retroceso). La humanidad consigue su sentido –se dice-, cuando, luego de tan
cruenta y larga lucha con los entornos natural y social para efecto de sobrevivir, al instaurar la
igualdad, ingresar en el reino de su desarrollo multifacético en libertad; no obstante, no es
posible dar crédito a este concepto de la existencia (ser humano amarrado, tonto: como en un
antro gringo atestado, apretujado, música estridente que anula la razón, sólo bailando; como
un águila enjaulada a la que se le da de comer, incluso se le provee de pareja; ese Ethos es la
miseria misma, es la negación de la inteligencia: mantenerle atado de manos al pensamiento, a
la inventiva, al vuelo de la “imaginación”); el pensamiento religioso en este punto, se torna
más edificante: este sector cree, que fuera de este mundo hay un premio para quienes se
sujetan a vivir según determinados preceptos supramateriales; sin embargo, también este
criterio es absurdo: para poder tener con quién conflictuar, en el interior de estructura de la
vida, Dios creo a Luzbel, el cual luego se le revela (y Dios sabía de antemano esto, puesto que
es Dios), pero como no quiso entrar en la pelea con su criatura, El mismo dio vida a los seres
humanos, en los cuales se realiza el conflicto entre Dios y el Demonio (sin saber cuál es el fin
-claro: las especulaciones religiosas, a priori dicen que vencerá el Bien: Dios), como en las
“guerras del Chaco” por el petróleo, pero: ¿para qué todo eso? (silencio: no hay respuesta, o
todas ellas son miopes).
En realidad, es preocupante constatar el despertar de la tendencia a resituar la noción y
la conducta hedonista, inmovilista y elementalista, que se advierte en los últimos años, luego
de que la misma hubiese sido reducida a una más o menos larga etapa de hibernación a partir
de la emergencia de la fase conocida como “renacimiento”. Como es obvio, el contendor
legitimo en frente es el positivismo: el descarnado e inhumano cientificismo; este contrincante
recibe la displicencia masiva de la mentalidad escolástica, de manera que sobre él puede
desatarse una nueva era de “inquisición”. Todo esto es lamentable, pues, un orden de esta
factura si se impone por desgracia, puede ser aquietante, es posible que conduzca a extraviar
el sentido de la inteligencia en la inmanencia de la realización de ciclos repetitivos prefijados
en el orden, en la justicia, en la igualdad, en la colaboración respetuosa para que todos
realicen sus deseos: sus necesidades animales, estéticas y religiosas; empero contrarias al
positivismo malo, contra deísta, alevoso, de la ciencia, sin embargo de que por allí debe (va a)
fluir la vida. Si se deja de lado –como es sensato proceder a estas alturas- la concepción deísta
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El frente ecologista crece en adeptos en el mundo; el etnicismo es minoritario y se fortalece
parsimoniosamente. Para América Latina, los procesos de mestizaje por cambio de conducta y vestimenta se
están frenando luego de que lograra mimetizar al indígena en el resto de la sociedad; este hecho es
históricamente positivo, puesto que es a partir de esa posición ideológica que arranca su ubicación y acción
política a futuro, por cuanto la misma acoge la modernidad de la ciencia y de la técnica como punto de partida
y base del proyecto de vida individual y colectivo. La decisión de priorizar la discusión sobre la situación de los
grupos subcomunitarios ancestrales se debe a la apertura de discusión mestiza sobre nociones de diversidad,
alteridad, tolerancia, colaboración; pero, sobre todo por cuanto su modo de vida contradice de hecho a la
modernidad y debido a que se asume que su presencia no destruye el medioambiente, sino que, mas bien, es
ejemplo de relación cuidadosa con la naturaleza.
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Aparece de nuevo el dilema: después de la revolución ¿qué? Una vez que la humanidad, por ventura ha
ingresado en el comunismo: ¿qué? Es aquí cuando se puede asumir que la vida se vuelve doctrinaria,
“metafísica”, filosófica, pues, para una persona madura, sensata, solamente en la ciencia es donde se puede
recluir la vía. La persona que escribe, lo único que hace es adelantarse mentalmente a los hechos y pensar que
vive en el nuevo sistema, aunque esa conducta sea distraer esfuerzos y la preocupación de la miseria humana
del capitalismo que todavía existe.
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