Bajar documento - La nueva concepción de la historia

en cuenta a la hora de desplazar el pensamiento sobre la realidad social en curso. Esta
“premisa” (epistemológica), por tanto, constituye “eje transversal” de carácter teórico, que
cruza la reflexión sobre el sistema de relaciones “socio-económicas” del género humano
convertido en “concreto mundial”. En verdad, la aventura de no asumirlo conduciría al
despropósito de concluir –por ejemplo-, que en las factorías completamente automatizadas del
Japón, el capital (el trabajo pasado, objetivado, muerto: “valor que se valoriza”, pero siempre
que se ate al trabajo vivo) estaría generando “valor” (con lo cual no se quiere decir, que
solamente el trabajo industrial sea “productivo”, esto es, exclusivo instrumento de
valorización). Y ésta (el sentido comprehendido en la aseveración inmediata anterior), es una
aberración científica.
La cosmovisión contraria sobre el hecho –por tanto-, devendría en error craso de teoría
en Economía Política, en virtud de que la categoría “valor/trabajo”, es, actualmente, una
abstracción (lo es de modo creciente -Marx, Carlos: Los Grundrisse), en la medida en que el
trabajo inserto fuera de las tareas productivo-materiales (el intelectual creativo, el
simplemente administrativo, el virtual de la elaboración de productos intangibles, aún en su
condición “productiva” concreta), es la frontera y a la vez la forma siguiente, en la que el ser
humano aplica el sentido y reside en el seno de otro estadio de la vida (por tanto, aquí, la
respuesta es dada a partir del punto de vista de la automatización moderna, o sea, del “‘valor’
de usufructo”, puesto que la teoría tiene condicionamiento objetivo 346 ). Este el enfoque –dicho
sea de modo incidental-, que liga –en un plano de continuidad/discontinuidad- el pasado, el
presente y el futuro y en el cual: la historia se va de las manos, por un momento, del efecto de
“autonomía relativa”, de sobredeterminación, que deviene del movimiento de la conciencia y
voluntad inmanente a la praxis del “ser social”. En verdad, la formación de la conciencia en
torno del modo de ser del mundo, para el pensamiento que se halla ubicado en el extremo y al
inicio (la bisagra de la historia) de formas de vida interpenetradas, en conflicto, de mutua
transformación (de transición), su aprehensión abstracta es un problema de relación dinámica
sujeto-objeto. La realidad es externa al sujeto (mientras éste asume una posición especulativa,
teórica) y es ella en sí misma, independientemente de cómo se refleje en la mente antes como
después del acto cognitivo in abstracto: sin mediación de la práctica transformadora.
Solamente en este caso sobre todo, se puede advertir la esencia de los hechos, si el cerebro se
ha ubicado radicalmente fuera de ellos; ahora bien, como la realidad se mueve, advertir su
“inmanencia superior” necesaria (la trascendencia): el nuevo momento civilizatorio axiológico
racional a portas, sólo es posible para quién se halla al margen, adelante y en lo alto de los
cambiada”, los cambios lentamente se terrenalizan en el mundo: el ALBA, el MERCOSUR, UNASUR, CELAC,
Obama, el reenrumbamiento de modelo que se propone en Cuba, la crisis regional de la Media Luna árabe (sobre
todo la de Libia), son indicios del proceso. De manera que, a medida que el capitalismo se va globalizando, que
va necesitando de obras de infraestructura colosales (túneles faraónicos bajo y en el mar que interconectan
continentes, puentes monumentales, edificaciones ciclópeas, poderosos ciclotrones, el Concord, embarcaciones
extragrandes, y del sistema de máquinas y constructivos inherente), va requiriendo cada vez más de métodos
complejos y racionales de programación; este proceso se halla sujeto a la ley del progreso a saltos (acumulación
de cambios cuantitativos que devienen en una nueva cualidad: interrupción de la continuidad), el cual conduce
necesariamente a la “planificación” (efecto búmeran); pero la planificación reemplaza a la ley del valor, lo cual
quiere decir, que el modo de producción está cambiando definitivamente, que ha dejado de ser. En realidad, sólo
al interior de un orden (homo) se produce el salto evolutivo: ascenso hacia nuevas etapas de vida, cada una de las
que opera según leyes específicas que condicionan el cumplimiento de metas concretas (prehumano: mono
antropomorfo hasta el homo sapien; humano: homo sapiens hasta la IA; y, poshumano: manipulación
neurogenética en adelante); luego, mientras que en las fases anteriores se desactivan las determinaciones (a nivel
social: la ley de la plusvalía), tendencias, gérmenes de estructuras y procesos se están configurando como leyes
mediante las que se estatuye otra realidad. En efecto, una nueva ley se ha ido creando en la historia, la cual
determina la conducta presente del género: el hedonismo se ha vuelto una componente esencial entre las que
precautelan la existencia; el nuevo “actor” en la historia: los pueblos, no desean la guerra, la confrontación, el
peligro, el dolor; más bien propenden el diálogo, la paz, el placer; por tanto, el belicismo del poder:
enfrentamiento de pueblo contra pueblo (o con la robótica bélica), no está más en la línea de actos que admite el
constituyente.
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La Economía Política concluye como ciencia con el Marxismo (dixit Rosita Luxemburgo); en adelante, todos
los postulados postmarxistas pasan a ser, nada más que desarrollos puntuales de la idea matriz (dixit Agustín
Cueva Dávila): abstracciones, puntos de vista sobre modos de ser concretos que asume el sistema capitalista en
su fase degenerativa; pero, el marxismo como ciencia no llega a término, puesto que debe dar cuenta subjetiva de
la nueva realidad: la teoría científica del comunismo en consuno con la teoría del cosmos (“producción” de
outputs variados para satisfacer la reproducción material y espiritual de la comunidad humana: “´valor´ de
usufructo”; relaciones democovivenciales: estructuración orgánica por ajuste mutuo, en torno del objetivo
“impuesto” como ley de “hierro” del desarrollo conciencial; y, cosmovisión objetiva, integral del mundo).
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