Bajar documento - La nueva concepción de la historia

pues, cada individuo cuenta con mecanismos individuales, anónimos, privados, de procurarse
su propia formación, acudiendo al colosal banco de datos que se halla en la red 1636 . La
Universidad, habiendo arrancado al finales del modo de producción feudal: en el marco del
cumplimiento de funciones ideológico-filosófico-religiosas, luego de haberse consolidado y
atravesado varios momentos de reforma (modelos de educación superior) en coherencia con
las demandas de la estructura económica en las sucesivas coyunturas; la formación social
capitalista y las etapas de acumulación inherentes (competitiva, monopólica, regresiva;
científica, psicológica, sistémica, contingencial, de las calidades, de la excelencia), decae por
efecto de la virtud de la propiedad de la principal (única) fuerza productiva: el ser humano, su
inteligencia concretada en las fuerzas productivas materiales (la ciencia y la técnica),
objetivación de sus ideas. En definitiva: la Universidad cae primero en el proceso en curso de
transformaciones de la historia, y todas las instituciones que componen el sistema educativo
experimentan ese mismo destino; deja de formar parte de la red de aparatos masivamente
responsables del “disciplinamiento” de la población a través de los cuales el “poder moderno
produce individuos gobernables” (M. Foucault).
Este órgano creado por la humanidad por necesidad de una etapa de ella: ¿debe ser
evaluado a su término? ¡Jamás! A la Universidad in abstracto: no se la puede evaluar. Quién
pretenda hacerlo, es un ¡fatuo propotente! ¿Se puede avaluar a la ciencia? ¡No! Nadie puede
asumir el carácter de factótum, que se halle facultado de ubicarse sobre la genialidad como
actor nun plus ultra en la dimensión metacientífica, metateórica, para pronunciarse. Una
ciencia, un científico se evalúan a sí mismos internamente; la estimación es positiva, es
negativa, cuando una nueva percepción aparece y se instala, proponiendo en perspectiva de
desarrollo al saber. En términos abstractos, es la vida, la historia, la humanidad en cuanto tal,
quienes emiten opinión sobre la Universidad. Es obvio: en función de la percepción que se
tenga, que se profese en torno de la Universidad. La Universidad debe ser un “Estado dentro
de otro Estado” (la ciencia como la Universidad, son el prototipo de aparatos que deben
regirse por el más abyecto régimen liberal), cuando el capitalismo se descentra en subzonas de
acumulación; la Universidad tiene como función fundamental formar la intelectualidad
colectiva sobre todo de la juventud y de modo subsidiario internalizar conocimientos,
destrezas y actitudes para que su egresados puedan hacerse con recursos para subistir. La
Universidad solamente debe exponerse al juicio de la historia.
4.2.3.- EL COMPLEJO EN DESCOMPOSICIÓN Y EN DESACOPLAMIENTO.
La vida presente viene de atrás; constituye un cuadro dado de realidad; y, es:
presupuesto. Pero: ¿de qué atrás? Procede de ese género humano cotidianamente diluido en
los apremios de realización de la vida en terreno concurrencial in abstracto (trabajo,
diversión, religiosidad, deseo de lucro). Humanidad en tanto es, yace enredada en los
1636
En realidad, el dinamismo del cambio tecnológico y de desarrollo del pensamiento actuales en el mundo, es
impresionante; los mismos sacuden incluso a una persona marxista madura (y ortodoxa), que se cree no sentirse
abrumado por las estrepitosas innovaciones, que tienen lugar y que se los aplaude (en el argot popular
ecuatoriano se suele decir: “camarón que se duerme, le lleva la corriente”). El pensamiento oficial habla ya de
la “postuniversidad”, y tiene entera razón. En una entrevista radial en el 2011, una persona de nombre Pisiteli
(¿?) habla locuazmente (como todo argentino) de que “el estudiante está aburrido, desinteresado, no escucha lo
que dice el docente (fatiga cognitiva)”, como la razón por la que el hecho se produce. Sostiene, además, que
están en crisis las profesiones “P”: Profesor (monopolio de la palabra), Periodismo,…; que la “transmisión”
de conocimiento se está trocando en una “transacción” de conocimiento (intercambio de conocimientos,
experiencias e intereses entre profesor y “alumnos”), prosigue, que en la actualidad se ha producido ese
fenómeno conocido como “aceleración cognitiva”: el aprendizaje ya no requiere de mucho tiempo, pues, cada
estudiante con una laptop demanda que el profesor defina el tema y ellos buscan en Internet información al
respecto. El profesor del futuro, por tanto, debe cambiar de actitud frente a la imposición del proyecto
Facebook, el cual rediseña el aula para pasar la palabra al estudiante. Además, la “dieta cognitiva” (el
currículo), que hoy se provee a través de los libros, a futuro se entrega en Internet mediante navegación, dado
que el mundo de la podósfera (¿?), de los blocks, es tan rico porque todos opinan. Ahora bien, en sentido
formal, dichas aseveraciones son correctas., puesto que las mismas se mueven en la superficie. ¿Por qué todo
eso? Por cuanto el sistema económico ha cambiado y dispone se reestructuren las colosales edificaciones que
sobre él se sustentan y lo coadyuvan; el desarrollo de la técnica ha creado todo lo expuesto y si la propuesta es
eficiente, se debe al nivel formativo al que ha llegado la humanidad, también por razones técnicas. No obstante,
la maravilla del nuevo momento esconde el hecho de que en él pasa a regir la especulación (la verdad se
produce por legitimidad, ya no por cientificidad), el empirismo (las opiniones libres del conglomerado) y se
empobrece el rigor de la concepción (el conocimiento magistrado concluye y el estudiante “el mismo construye
su saber”).
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