Bajar documento - La nueva concepción de la historia

de la inteligencia en todas sus bondades; o, la inteligencia podría servirse de dicha limitada
estructura animal? ¡No! Sería un desperdicio, puesto que el “conejillo de indias” necesita de
otros elementos: las manos, la posición erecta, la visión en perspectiva cónica, hallarse fuera
del agua,… Por otra parte, se debe percatar, que la existencia de la base neuronal productora
de la conciencia es “condición necesaria pero no suficiente” para la formación de aquella,
pues, es la sociedad la que instala la conciencia generacionalmente forjada (mientras que un
individuo inmaduro la internaliza) en la preexistencia de dicha capa; la conciencia plasmada
en la sociedad de similar modo “es condición necesaria pero no suficiente” para su
aprehensión por parte del ser humano niño (como de su desarrollo mediante aporte
individualmente dado a la conciencia constituida), si no existiese tal fundamento material.
En este sitio del trayecto, una digresión se impone. La “inteligencia” de los animales
(producir ciertos instrumentos, “trabajo” en equipo, resolución de ciertos “problemas”,…), su
uso: no les conduce a dejar de ser animales. Ciertos prodigiosos animales, operan no por
iniciativa propia, sino por necesidad cognitiva humana de su reino y en condiciones puestas
por el ser humano investigador; luego, no pueden rebasar determinados límites de
comprensión, memorización y asociación; finalmente, trabajan (accionan) sólo por
recompensa. Nada hay, sino remotamente en la mente de los animales magnificados como
actitudes de genialidad en demérito de la capacidad humana, que se acerque al cerebro
humano. La diferencia entre los prodigiosos animales que son objeto de estudio de ciertos
investigadores desprevenidos y el ser humano, está en el neocórtex, en la estructura del
cuerpo, en el trabajo y en la colaboración. Mirando documentales, que tratan estos temas de la
BBC (Documentales de la Nacional Geografic) se asiste al planteamiento de conclusiones tan
estúpidas (no todas, es obvio), que realmente molestan, como es el caso de una niña de
alrededor de 3 años de edad, a la que se le presenta una muñeca, y a la que se le pide que diga
cuál de los vasos –entre dos- elegirá la muñeca en el que está escondido un caramelo; la niña
responde correctamente señalando el vaso que escogerá la muñeca; y, el investigador
concluye, que la niña “leyó adecuadamente la mente de la muñeca”; pero, falso, pues, la niña
no es que lee la mente de la muñeca (puesto que no la tiene), sino que pone en nombre de la
muñeca la decisión que ella tomaría, en virtud de que conoce en qué vaso está el caramelo. En
realidad, el cerebro de los animales podrá operar como cuando uno mira el horizonte sin
pensar en nada (ellos tienen conciencia solamente del momento, y la cual acciona en
exclusiva perurgencia de sus necesidades materiales).
Se intuye (teme) el fabuloso escenario, que el ser humano tiene en frente; este poder
impresionante que está por llegar, constituye el resultado de actos de conquista propios,
humanos, palmo a palmo conseguidos (el “ser social” mediante el trabajo creó indirectamente
su propia existencia material; en el trabajo edificó la base material de la conciencia y su
contenido; con la revolución proletaria abolió el sistema clasista de vida; y, hoy están puestas
las premisas para la conquista de la verdad de la materia) 1052 . Está lejano el “día del juicio
final”: la resucitación de los muertos (por lo menos, en la actualidad se anuncia, que con el
“scanner” se puede descubrir las intenciones de las personas; con este mismo desarrollo
tecnológico, sería posible desencriptar los colosales descubrimientos que deben hallarse en la
interioridad del sigilo de la “clasificación”, en los cerebros del poder imperial 1053 ). En ciencia,
el próximo problema –paradoja- a resolver es el relativo a la “información” (dixit Franklin
Erazo): esa información está allí; ¿cómo alcanzarla, si se encuentra difusa, perdida en el
pasado, desestructurada? El reto es el método (el método lo es todo: es la potencia frente a la
cual nada se resiste –Hegel-; pero el método es lo que es, siempre que sea tributario de una
Doctrina apropiada). Estos episodios van a tener cabida, “para que lo que está escrito, se
1052 El ser humano hasta hoy se ha creado a sí mismo de modo permanente, persistente, generacionalmente, en
el trabajo, en su vida en sociedad, en la cultura. Hasta hoy. En adelante, una vez conformada su ontología (la
estructura antropológica, la materia cerebral gris, la técnica, la conducta metaclasista y los esbozos de la
concepción objetiva del Universo), el ser humano se libera formalmente de estos presupuestos –en verdad: éstos
se inhiben exclusivamente en su naturaleza de tales- y pasa a utilizarlos de mejor manera y a mejorarlos
(gnoseología): el progreso es la norma (teleología), continúa sin trabajo aunque si en medio de la actividad
armónica (axiología) e inclusive lo hace en el ostracismo, en la presencia fosilizada de su esencia: “del
conjunto de sus relaciones sociales”.
1053 Sin embargo, esta propuesta es imposible, por razones prácticas e inclusive técnicas; de por medio está el
carácter de la época en que cada ser vivió; “…cada época forma a su imagen y semejanza a sus integrantes…”
(Kelle y Kovalson), por tanto, la estructura mental específica –incluso su individualidad- volvería extraños,
incomprensibles, a seres históricamente situados.
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