Bajar documento - La nueva concepción de la historia

sistema legal imperial –esto ha ocurrido en Venezuela, en Ecuador y próximamente sucederá
en Bolivia, acto por el que en dichos países parte del poder político ha pasado al Presidente, el
cual lo ejerce por encargo del soberano: el pueblo): sobre él sobreyacen las llamadas
estructuras de poder imperiales, a las cuales debe enfrentar en el caso de que el Presidente
número 44 de Estados Unidos se decida realizar cambios en la perspectiva del interés de la
población estadounidense y del mundo. En todo caso, sólo una sólida determinación de su
carácter (el de Obama) y una no menos fuerte presión de la población mundial, podrán
constituirse en soporte para que el nuevo Mandatario actúe en coherencia con los dictados de
la historia. Sin embargo, no hay que engañarse ni pecar de optimismo, pues, la realidad gringa
es compleja: pueblo alfabeto funcional, que ha vivido por años el sistema mercantil burgués,
el adoctrinamiento luterano, que tiene todos los fetiches, las inducciones (Disneylandia,
Hollywood,...; el American way of life: dar rienda suelta a los sentidos, de aquellos que tienen
con qué), que impiden la toma de conciencia adecuada de su función en el viejo y en el nuevo
órdenes; de modo que Obama representa el agente represor de las contradicciones, reductor de
la dinámica de los procesos de la historia, los cuales pudieron haber avanzado más a prisa,
con el reaccionario Mccain.
Ahora bien, el boomerang global del capitalismo: el colosal sentimiento consumista
desatado por las estrategias creativas, innovadoras de marketing, generalizadoras del
paroxismo de la compra en el planeta, cuyos alcahuetes son las políticas de kaizen, de la
“calidad”, del “cero defectos”, de la “excelencia”, del liderazgo empresarial, de la
competitividad; que –por ejemplo- han inundado de automotores el planeta
(congestionamiento), han incrementado los deshechos (contaminación), la polución, el
calentamiento global (estratagema de la neoizquierda), la eliminación de la conducta de
propensión al ahorro, están llevando –como ya lo han hecho notar observadores profundos del
hecho- al colapso global de los restos del sistema burgués de civilización. Se entrevé, a este
respecto, cómo el sistema pone en ejercicio todo un arsenal de acciones sobre todo para
incrementar la demanda efectiva; pero estas medidas, luego de presentar un nivel determinado
de eficacia, se agotan; de allí el planteamiento de la “creatividad”. Mas estas son actuaciones
que proyectan al género en el largo plazo y en la perspectiva histórica, puesto que se hallan
determinadas por el principio de la contradicción dialéctica, presupuesto –a su vez- de la ley
del desarrollo, en la cual se encuentra nítidamente, en la actualidad, enredada la humanidad
(fase del “salto”: sus determinaciones se concretan en forma material). “Es el gran fresco de la
crisis global, perpetrado por el Nuevo Orden Criminal de la globalización corporativa…:
concentración extrema de la riqueza y del poder, y la extenuación de los recursos naturales”
(“capitalismo, crisis, guerra, destrucción medioambiental, son una misma cosa”: la acción de
una sola clase; realidad que debe ser reducida a cenizas por la acción “evolutiva” de los
subversivos/ciudadanos)
Probablemente, de este cuadro espeluznante intente marginarse la sociedad europea
(Comunidad burguesa hipócrita: los “Acuerdos de Asociación”, son el equivalente a los TLC
yanquis). La racionalidad aparente, la discusión civilizada y consensual, el desarrollo
institucional (a la luz de las líneas del pensamiento de la Democracia Cristiana y la
Socialdemocracia: el avance efectivo en la “construcción del Estado Social”), el supuesto
orden y seriedad, interponen un nuevo velo ideológico (espejismo) a la población en general,
frente a este “loco proyecto” de mancomunidad 986 ; mas, la historia aquí no ha llegado a su fin,
precisamente por cuanto la historia capitalista ha llegado a su término, con el “ser humano
´único´”, sobre sus posaderas. Los ya históricos procesos de integración regional europeos,
son, en esencia –como anotan observadores atentos del hecho-, maniobras supraterritoriales
encaminadas a verter armonía en el sistema caótico de intereses de los fragmentos nacionales
986
La intentona de integrar los subconjuntos capitalistas europeos (a la sazón: los únicos elementos
diferenciadores de estas sociedades, vienen siendo el idioma, el grado diferente de desarrollo mercantil de cada
parnert dado por su específico tipo de división del trabajo, amén de la locación territorial; dicho de otro modo:
la identidad global del sistema deviene de la transversalidad de las relaciones burguesas de producción y
cambio), se ha hallado a cargo de las fracciones dominantes del capital en el afán de eliminar fricciones
geopolíticas a la competitividad; es obvio, que el proceso se ha orientado según los principios económicomercantiles
del capitalismo, de modo de salvar los negocios y fortalecer al subsistema en el llamado
enfrentamiento entre bloques. Por supuesto que este objetivo tendrá éxito cuando el modelo y el sistema
cambien. No ocurre lo mismo con los procesos integracionistas que se inician en América Latina; en ellos, a la
vez que se tiende hacia la superación de los enclavamientos, en el proceso se persigue poner a un lado el
modelo de política económica y el sistema como tal.
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