Bajar documento - La nueva concepción de la historia

ejerce sustantivo y definitivo efecto en la transformación de las relaciones sociales. La
máquina antropomorfa, aunque todavía no se acerque hacia la condición autónoma, en la
medida en que emula al cuerpo humano, al cerebro, puesto que puede realizar ejercicios
lógicos tan sólo con mayor precisión y rapidez por encargo de la lógica natural, es ya la
antesala del ser humano mismo; sin proponérselo, esa entidad artificial actúa configurando la
más moderna y definitiva forma relacional humana, la que finalmente el mismo pasará a
integrar (la máquina –IA- mantiene a raya al hedonismo; la persona –IN- controla toda
propensión al parricidio).
El pensamiento en desarrollo expositivo, inscrito en el frente lógico marxista, por
supuesto, responde a una postura materialista, herética consumada, a ultranza: como debe ser
una posición mental radical, frontal, provocadora, que se oponga militantemente como
contrapunto a las cosmovisiones Orientales animistas, panteístas u Occidentales, sean
burgués-idealistas o religioso-cristianas. Sostener la ausencia de divinidad; que ésta se está
esculpiendo de modo acelerado en estos precisos momentos en los procesos de avance
científico-técnico humanos (como despliegue de la contradicción en el seno del modo de
producción capitalista, etapa en la que la “propiedad de la inteligencia”, en tanto potencia,
dispone de las mejores condiciones para volverse “acto”; de allí porqué es ilusa aquella idea
que pretende instaurar status de armonía al interior del género fuera de “tiempo”, en cuanto
modernidad sostenida por la racionalidad, la equidad, la paz: o eliminar el sistema matriz o
entregarle funciones a un sistema no dadas por la historia 570 ), praxis prometeica que hará del
ser humano la divinidad posible, en acto de realización del contenido de la representación
mágico-simbólica cristiana entre los 5 o 10 mil años venideros, y fundamentar objetiva,
material o empíricamente este desenlace, es dar el golpe de gracia letal por lo menos al
cristianismo (a esta mitología Occidental); es destruir los principios (espíritu, Dios, cielo) y
todo el discurso ulterior sobre ellos fundado: encima de dichas abstracciones fuente, y hacer
que el ser humano vuelva sobre sí mismo, se autovalore positivamente, se entusiasme en la
comprensión y cumplimiento con conciencia de y la función (puesta por el asar) de cada cual
en el proceso de la historia; esto es, asumir que para otorgar conformidad existencial a la
conciencia, se requiere optar por tres caminos: 1) para disponer de sanidad psicológica hay
que ser mítico, 2) ignorante o 3) contar con una idea aproximada del sentido, función y fin de
la vida. En el primer caso, esto es, apearse a la conciencia mitológica: ponerse en manos de un
Ser Supremo, el resto es cuestión de moral; en el segundo: no hallarse en condiciones de
plantearse las grandes interrogantes sobre la existencia, limitándose a vivir en un nivel cuasi
instintivo; en el tercero, avanzar una concepción razonable terrena del movimiento de la vida.
La incursión en la realidad de los hechos humanos en un sitio y momento particular,
según el precepto ideológico-teórico marxista, llega a término. Con ella, se puede entrever,
que los alcances de comprensión objetiva totalizante, la puesta en evidencia de intereses y
fuerzas detrás, el levantamiento de la principal tendencia de desarrollo en la coyuntura en la
que se entrecruzan la naciente forma humana con la senil que deja la escena de los vivos, sólo
es posible si la mente crítica se ubica en la cima del pensamiento lógico Occidental. Estos
alcances no tienen los pueblos originarios, que incluso sus representaciones para ser
simbolizadas deben recurrir al pedir prestado el sistema de “caligrafía” de alguna lengua
occidental. Sólo en el interior del propio sistema perjudicial, que se pretende negar, es posible
ver la perspectiva como efecto del movimiento regular de la existencia y con las “soluciones”
teóricas que el propio sindicado ha creado (tanto las armas físicas como las teóricas y los
seres humanos que deben empuñarlas, diseñarlas y desplegarlas, los produce el propio
capitalismo); de modo subsecuente, representar una nueva visión, esto es, mirar la realidad
con otros ojos, pero con el propio instrumental de know-how proveído por el sistema
(autonomía relativa de la técnica, o propiedad instrumental, aséptica, de la tecnología). Si la
falencia presente en la estructura de contenido de los pueblos ancestrales anotada demerita las
actuaciones del saber y ser vernáculos, mucho más carente de proyección son los argumentos
con los que se valora la existencia humana y su proyección (la salida para las tribulaciones
filosóficas humanas); sólo el gran Marx expone con entera objetividad y lucidez el rol del
capitalismo, la fase a la que va la humanidad (Engels, Lenin, Stalin, Castro dieron un paso
en esa dirección), el sentido y la razón última de la vida: cuando la máquina ponga a un
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Como se propone en un documento en la web (Gandarilla, José. Pensamiento latinoamericano y sociologías
del sistema mundial; en: Latinoamericana. Revista de estudios latinoamericanos, Nro. 48, México 2009),
reivindicando a Echeverría y condenando a A. Cueva.
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