Bajar documento - La nueva concepción de la historia

clase obrera, hallándose en la arena política frente a frente con el poder monopólico hemisférico:
con la cadena formal de dominación de clase, inmersa en los flujos administrativos de los Estados
transnacionalizados (constituyen el “moderno príncipe” de la humanidad; “déjales en paz y
reñirán entre ellos, pero mientras haya un enemigo en común se mantendrán unidos” –ALBA,
UNASUR, CELAC-; la humanidad actualmente tiene un enemigo común: el capital
financiero global, ese es el factor real que la viene uniendo y convirtiendo en actor político).
El curso en el que se mueve la entera complexión mundial de la especie, es la forma
fenoménica de expresión del modo de operación de los procesos de concretización tanto
socioeconómicos como humano/naturales en los que la realidad humano-natural ha ingresado
(concreción, que incluso alcanza al modelo perceptual sobre las magnitudes de los universos);
esta propensión en su realización no es ajena a la vigencia e influjo sobre ella, de la estructura
social burguesa formalmente restaurada. Sin embargo, dicha regularidad, en tanto rige para la
formación social capitalista, traza la tendencia de generalización total, pero, pone, a su vez,
las condiciones de apertura del proceso entrópico (este fenómeno se corresponde con los
hechos, es decir, ha dado comienzo la “reversión”). La actuación de la vertiente de fuerzas
que se oponen a la mundialización sistémica del proceso del capital, por su parte, forja
escenarios complejos de “guerra de baja intensidad” en el inmediato futuro en la esfera; en
suma: frente a la humanidad se edifica el cuadro épico en el que van a alcanzar dirimencia las
múltiples antinomias abiertas con el capital como “absoluto mundial”. La paradoja in extremis
del presente, dada entre la elevada capacidad técnica y la enajenación socio-hemisférica,
define de modo integral el futuro (“el futuro está siempre arraigado dentro de lo existente”);
en este gran fresco planetario de crisis: el desempleo, el modelo agotado de la forma de
producción simple de los llamados “emprendedores” y el ascenso de la propensión al “ocio”
como eje del nuevo modo de vida, dejan al margen (deben desconectarse: “desconexión”;
Amín, Samir) a la mayor parte de población del planeta de la percepción de ingresos y de la
estructura de la “demanda efectiva”. El desenlace del drama, de manera reiterada, tozuda, se
ubica en la dimensión política (de la “toma de decisiones del sector, que en ese momento sea
el poder”).
Como se advierte de forma espontánea (y la mente que percibe se halla entrenada para
obrar de ese modo), los diques con los que se encuentra la humanidad en la historia, no se
superan sin forcejeos en su seno; toda esta serie de pedidos antagónicos: la acumulación y la
sobrevivencia, condicionan de manera parcial la conformación anatómica de la naciente
totalidad abstracta; en realidad, ellas terrenalizan la determinación de la nueva época. Los
referidos frentes de batalla, en substancia, son: 1) aquel que conduce hacia la conquista de la
colosal base técnica producida por todas las generaciones pasadas, para ponerla al servicio de
los procesos de reproducción material y espiritual de la integralidad de los miembros de la
sociedad (lo cual implica –es obvio- la destrucción de los rezagos del poder económicopolítico
y de su aparataje; pues, sobre la humanidad se cierne toda una compleja conducta de
ocio empresarial, de ocio inmerso en el trabajo no productivo –ausencia de labor en las esferas:
industrial, científica, tecnológica-, ocio de la juventud, del desempleo forzoso, de la vagancia
premeditada 391 ). Y, 2) el proceso asociativo y racional, que propende desacreditar la
prevalencia de la decisión oportunista gestada en la urgencia burguesa de aplicar, en
subordinación a la percepción ideológica de los "límites del crecimiento", del "crecimiento
cero" (inviabilidad capitalista del desarrollo de la técnica: incremento del PIB con
desempleo 392 ), una nueva contratendencia dilatoria a su autopropensión destructora,
conducente a frenar el desarrollo tecnocientífico según la determinación objetiva de la
competitividad y, a través de ella: el bloqueo al progreso de las fuerzas productivas. La
promoción racional del crecimiento cuantitativo de la riqueza material de la existencia in
abstracto, se advierte como una razón inscrita en el sino histórico encadenada,
necesariamente, con el desarrollo de la especie, el cual no se supedita al interés del moderno
sistema de mercado, pese a que éste haya elevado a la enésima potencia a aquel.
Rozaría el plano de la fantasía que se pudiese realizar el deseo, que tanto los restos del
poder económico planetario como el ideal revolucionario marxista (y de otro orden) abrigan
391
Desempleo friccional, tecnológico; vagancia juvenil generalizada; población predominantemente vieja, son
los factores que presionan sobre el desarrollo completo de la automatización y en torno de la necesidad su
socialización.
392
Capitalismo: progreso con devastación (dixit B. Echeverría); las relaciones sociales burguesas, el interés
capitalista, bloquean el desarrollo de las fuerzas productivas.
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