Bajar documento - La nueva concepción de la historia

De manera que, querer reproducir de modo artificial al ser humano en forma exacta
(ántropo isomorfismo), es un despropósito; lo propio es hacerlo en atención tan sólo a las
funciones básicas, que se requiere para que el robot colabore o lleve a cabo las tareas a
emprender en la nueva etapa en la que está ingresando la humanidad. Es obvio, que en un
principio estos entes se convertirán en siervos y asistentes en el modo de vida de las personas:
en su cotidianeidad; luego avanzarán hacia convertirse en “seres que lleven el legado de la
evolución humana a través de las estrellas”. Esa, en realidad, no es su misión fundamental; lo
es la producción del retrato hablado del Universo, proceso en el que queda instalada de modo
subsidiaria la actuación citada. Bien se ve, que la producción de robots inteligentes se reduce
en complejidad y dificultad, en el momento que se percibe que la corporeidad sustento de la
inteligencia artificial, es simplemente especializada, unilateral (a no ser que, por razones no
del todo objetivas, se pugne por crear dispositivos mecánicos pensantes, que actúen a la típica
manera humana en todo, esto es, en forma amigable), de modo que el campo de la Robótica
básicamente se cerrará, cuando la producción de seres artificiales haya llegado a la réplica
sustantiva y objetiva, práctica y sensatamente necesaria, del ser humano maduro; o sea, en el
momento en el que la “industria” de la robótica haya entendido el sino y el trayecto del ser
humano, que se halla en curso y que se desembarace de los resabios de la estructura mental
arcaica de clase. Este es un problema que enfrenta, en la “reproducción de sí mismo”, el ser
humano, o sea, el modelo mental y la forma de organización en la que deben actuar u
organizarse los robots; otro es el relativo a que no se trata de reproducir a animales o plantas,
sino a la vida humana misma y a la inteligencia, lo cual necesita del aporte de todas las
potencias creadoras de la especie; es por eso, que en la producción del robot humanoide
inteligente ha emergido una especie de “división técnica internacional del trabajo”, cuando en
varias partes del mundo inventores producen órganos y funciones parciales con los que cuenta
el ser humano natural, los que luego se integraran conformando el robot sapiens (“la ciencia
ha superado a la ficción”) 1305 .
La atención en el robot está puesta, en el sistema de relaciones “sociales”
(interpersonales), que éste –que como determinación histórico-material de la vida racional
futura- da lugar como producto elaborado por la última intervención humana en su
reproducción material y en el desarrollo de las fuerzas productivas 1306 ; relaciones, que
revolucionan de manera total los esquemas del modo de vida: las ideas (las visiones, las
esperanzas, los proyectos), las normas, las instituciones, las conductas de la entera entidad
humana global (y a la entidad humana propiamente, pues, el robot, dotado de inteligencia,
puede llegar a contar con autonomía: a pensar por propia cuenta, siempre y cuando ésta
facultad responda a una necesidad de reproducción de su “especie”, lo cual está directamente
relacionado con la existencia de un sentido para su “vida”; de no ser así, su permanencia
deviene de una obligación: el concluir el proceso de subjetivación de la materia, que dio inicio
el antiguo ser humano). Por tanto, es el robot globalizado (la mecanización, la automatización,
de todas las esferas de la vida y para todos los “estratos” de la “estructura” “social”; en
verdad: sólo con el robot, en tanto proveedor “económico” fuera del trabajo, de la entera
comunidad humana, se reitera: se da el “comunismo”, no de otro modo), la verdadera y
1305
Según un científico checo (Rodan Richta), la humanidad ha atravesado por tres revoluciones tecnológicas:
la primera dice relación con la invención de las herramientas; la segunda con la creación de las máquinas; y, la
tercera, refiere a la producción del autómata (máquinas que se controlan así mismas); quedaría por
completarse la última revolución tecnológica, de acuerdo a una opinión “personal”: la de la inteligencia
artificial. Siguiendo tal perspectiva, hoy ya se acepta que la tecnología se desarrolla tanto de modo evolutivo
como revolucionario (tal como lo prescribe la Filosofía Marxista en su frente dialéctico); la evolución se dice,
consiste en cambios parciales y lentos que tienen lugar en el progreso de la técnica, mientras que la revolución,
también se asevera, tiene que ver con el cambio total: la nanotecnología, la neurogenética, la informática
(Qubits, computadoras cuánticas), la robótica, etc., son asumidas como revoluciones simultáneas que ocurren
en el presente y que están convergiendo para dar lugar al posthumano, una vez que la información se difunde
rápidamente (cada invento induce la producción de nuevos): se genera y se comparte conocimientos, por lo cual
confluyen todas las ramas de la ciencia.
1306
"Definamos una máquina ultra-inteligente como una máquina que puede sobrepasar en mucho cualquier
actividad intelectual de un humano por inteligente que éste sea. Como sea que el diseño de una de esas
máquinas es una de esas actividades intelectuales, una máquina ultra-inteligente puede incluso diseñar
máquinas mejores e, inevitablemente, llegaría a darse una "explosión de la inteligencia" que dejaría a la
inteligencia del ser humano muy atrás. Por lo tanto, la máquina ultra-inteligente es el último invento del ser
humano, suponiendo que esa máquina sea lo suficientemente dócil para decirnos como mantenerla bajo
control..." (I. J. Good, citado por Vernor Vinge, en: Singularidad tecnológica).
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