Bajar documento - La nueva concepción de la historia

–imponer la “cuadratura al círculo”-, traspolando concepciones y métodos sin beneficio de
inventario entre los planos naturales, sociales y mentales de la realidad, como es el caso, por
ejemplo, de propender explicar la conciencia con los principios de la Mecánica Cuántica
–es admirable advertir, cómo ciertos exponentes en áreas de la Física se conducen con
impostura, cuando incursionan en las arenas sociológicas; el defecto, verbi gracia, de la teoría
de las “microfibrillas” de Penrose, efecto de avanzar de modo exclusivamente volitivo el
argumento de las propiedades generales y primarias –prístinas, puras- de la materia física
sobre su lejana, secundaria, reconfiguración compleja, en la explicación del carácter y
funcionamiento de la mente). Si el cerebro colectivo asistido por el robot, por la
neurogenética y mediante el uso de las fuerzas cósmicas, es la medida abstracta de la
contextura y modo de ser de la materia, la compresión de cualquiera de los dos será suficiente.
Al respecto, la Informática es una forma de reproducir la mente a la vez que es un mecanismo
evolutivo de comprenderla por otra vía que no sea el estudio (sincrónico-diacrónico) del
cerebro (la dificultad en dicha “empresa” radica, en que comprender el cerebro vivo a partir
de diseccionar el cerebro muerto es imposible, mucho peor en el intento de hacerlo al margen
de la sociedad y de la historia, o por el registro de la activación de áreas en su
funcionamiento) 846 .
Eh aquí el lugar oportuno para saldar cuentas con la informalidad, inmadurez y
casquivanidez de varios estudiosos de la corriente denominada “Física Cuántica”: de aquellos
que se afanan en derivar de las hipótesis de dicha cosmovisión, la aprehensión subjetiva de
fenómenos como los sociales y los cerebrales (“las partículas no se rigen por el principio de
causalidad”). La perspectiva teórica denominada: Física Cuántica, mutatis mutandis, ha
prohijado las especulaciones ideológicas más reaccionarias (ella misma tiene mucho de
expresión en ciencias, de la descomposición del saber bajo efecto de la sociedad capitalista
senil; putrefacción conspicua presente en algunos cerebros –film: Y tú qué sabes 847 ). En
efecto, ciertos exponentes que se declaran participes de esta visión (FC), ensayan abarcar
otras esferas de la realidad extendiendo sus modelos mentales y sus métodos de modo
mecanicista; problematizan gnoseológicamente al ser humano y a la sociedad, partiendo de
preguntas elementales, las que en su específico campo han sido resueltas (tornan misteriosos
asuntos sencillos, para darse aires de importancia en sus construcciones paralógicas –para
intentar responderlas según su sesgada visión-: “que la gente que se enfrasca demasiado para
explicar a Dios, el mundo y el ser humano, puede perderse para siempre”; es evidente que este
tipo de preocupaciones se ajustan al dicho: descubriendo el “agua tibia”), como si se tratase
de la primera vez que fueren formuladas esas inquisiciones, a las cuales no pueden dar otra
contestación que la demagogia (respuestas de sentido común: “el meollo de la vida es estar en
el misterio”; “el yo ...-el cerebro-... que establece qué es real, es intangible”; “las partículas
cuánticas: su estructura, posibilidades, tendencias y comportamiento, es el observador ...-la
persona-...”).
Qué se puede esperar de este frente de reflexión, o sea, de la tontería de la Física
Cuántica (de un enfoque en el interior del paradigma), el cual será presidido por el “misterio”
de su “respetabilidad”, la que postula que las partículas elementales “son tales por la mañana
y ondas por la tarde”, o que las mismas recorren en dos direcciones en el “tiempo” (¡bah!):
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De todas formas, al cerebro cada vez se le entiende más; y, dicho conocimiento está llegando a tener orden
práctico. Cuando aprende y piensa, el cerebro reacomoda las conexiones entre células neuronales; pero, el
cerebro durante el sueño trabaja, no aprende, pues, se aprende sólo en estado consciente, o sea, en vigilia, en
contacto con el mundo y en necesidad. En la actualidad se dice que existen tabletas (Omega 3), que mejoran la
concentración y la memoria e, incluso: redefinen las propiedades de la actividad cerebral.
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Entre las películas fantasiosas se puede situar a The Secret (se propone “un falso método para triunfar en la
vida”); toda la parafernalia reflexiva paralógica que allí se entrevé, gira alrededor de la llamada “ley de la
atracción” (empero lo bueno y lo malo se atraen), lo cual conduce a conclusiones y a acciones voluntaristas,
optimistas, de pensar que todo es posible (si no se envidia, si se propone, se lucha y se trabaja, reza el catecismo
capitalista del riesgo, la iniciativa privada y la libertad de empresa) si se atrae con la mente el producto que se
necesita, si tal demanda se la propone como objetivo, si se trabaja por él. El deseo, la voluntad, están por sobre
las circunstancias, sobre la verdadera ley de la determinación histórico-social de la realización de los intereses
(en el programa de televisión “Mitos y verdades”, que se pasa en el Ecuador en el Canal 4 –hecho raro, pues,
se trata de un instrumento de representación política del poder cuando éste lo ha perdido en los clásicos paridos
políticos de la derecha-, se impugna el contenido de dicha película como de otros, con la idea de que “las crisis
de las religiones tradicionales, ha conducido a la construcción de nuevas –trampas ideológicas-, que
pretenden demostración científica”, como es el caso de aquella que usa los principios de la Mecánica Cuántica,
esto es, la que cuestiona la realidad de la materia).
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