Bajar documento - La nueva concepción de la historia

las posiciones de propietario y obrero por la coetánea existencia de las dos condiciones en
todo ciudadano: “socios, no patrones”, allí reside la transformación recíproca entre los dos
agentes principales de la producción moderna, con lo cual salta en añicos la “maquinaria de la
acumulación”), la más adecuada en la inmediata coyuntura para insertar al colectivo post
neocolonial en el porvenir de la determinación histórica puesta, es la segunda. No es
apropiada la primera, puesto que el socialismo (“clásico”, del siglo XX) ya fue y cumplió su
papel, además: se carece al momento del presupuesto vital para su realización: los
trabajadores dejan cada vez más la escena histórica y sus restos han devenido de clase “para
sí” en “clase “en sí”, se han transformado en reaccionarios, en tradeunionistas 435 ; la tercera
opción (el “socialismo del siglo XXI) tampoco lo es, puesto que lleva implícita la
racionalidad de la ralentización tecnológica (de allí los diques que está enfrentando 436 ), ya que
plantea la colaboración y no la competencia para alcanzar un nivel tan sólo aceptable de
convivencia, otorgando mayor importancia al trabajo vivo en la reproducción del colectivo;
queda, luego, la opción segunda, con la cual se utiliza la experiencia y el interés burgués de
producción real (aprovechar la bondades del sistema en las condiciones inevitables que
impone el mundo, el cual permite únicamente hacer realidad la decisión razonable y práctica
de transferir el poder al sector productivo burgués), para ampliar la producción, acceder,
adaptar y desarrollar la tecnología, incrementar el stock de productos vía elevación de los
niveles de productividad (incluso la competitividad –niveles de), desarrollar la ciencia,
mejorar la educación y ampliar el pensamiento, de modo que la población en términos
modernos se prepare para insertarse en el mundo y a participar en el rumbo de la historia 437 .
La vida va para allá: cuando Fidel (en septiembre del 2010) dice que el modelo de
reproducción humana de la Isla no es recomendable seguirse por otro país en el planeta, pone
atención en la coherencia, que debe existir, entre un esquema de asignación de recursos, de
organización de la producción y del tipo de acceso colectivo a ella, con las condiciones
internas y externas de un momento histórico concreto (el Bloqueo y las determinaciones de la
historia). Las declaraciones referidas del Comandante, que han producido tanto revuelo, y las
cuales: no son simplemente coyunturales y sin importancia, puesto que las mismas topan y
mueven el piso de las más profundas fibras filosóficas humanas, conducen a plantearse dos
posiciones al respecto: o Fidel está senil, o la vida sigue leyes. Para dirimir la controversia,
debe apelarse a la dimensión teórica: la vida sigue leyes: condiciones inevitables (necesidad
histórica) sobre las que aterrizan las decisiones humanas; estas condiciones, no solamente que
se hallan puestas, sino que cambian por causalidad propia, utilizando a las voluntades, y
reacomodándose según su influjo (lucha de clases). En el presente, las circunstancias hacen
más a la historia, que la conciencia y la voluntad, en la modelización de los hechos. El
esquema económico-político-de gestión cubano, se agotó: cumplió su papel frente a un
435
El proletariado, de protagonista principal, ha pasado a constituir un componente más, subordinado, en la
estructura de la lucha posmoderna, que se lleva a cabo contra los restos del sistema. La retrotransformación del
proletariado (explicable al haber cumplido su fin) de clase “para sí” a clase “en sí”, esto es, de partido político a
simple clase (retracción, que es la forma en que éste sujeto fundamental deja la escena histórica) se produce más
aceleradamente en las economías capitalistas de vanguardia, en las que el proceso de automatización se acelera;
mientras que en las economías llamadas “subdesarrolladas”, en las que incluso se cifra la esperanza de alcanzar
el proceso de industrialización de forma tardía, el fenómeno de regresión citado es más lento. La circunstancia
tiene sus paradojas: en los centros imperiales, a medida que sale de escena el trabajo, el capitalismo deja el
mundo en proporción paralela y sin que esa sea la intención, mientras que en las reneocolonias, que pugnan por
mantener niveles de puestos de trabajo en la esfera real de la economía, se bloquea la salida inminente y
completa de la historia, del capital; este proceso se halla combinado, no obstante, con aquellas propuestas
populares en el sector neocolonial, propugnantes de modelos alternativos de economía solidaria, que también
empujan el deterioro del capitalismo.
436
Sin proponérselo, la propuesta del “no crecimiento” (decrecentismo) para efecto de no destruir la “morada del
ser humano”, en último término, tal como está planteada: como simple hedonismo conducente hacia la
sostenibilidad, se análoga con los supuestos de la teoría económica neoclásica de la “escasez de recursos” y con
el malthusianismo antitético al “optimismo tecnológico”.
437
Esta idea puede parecer reaccionaria a “tirios y troyanos”, y contradictoria con el sentido del discurso aquí
sostenido; pero no es así, dado que el punto de vista se vuelve relativo (aquí es pertinente el criterio de
“relatividad”, puesto que se habla de opciones, como no ocurre en la realidad física, en la que los hechos ya están
dados) en dependencia con la ubicación desde la que se lo mire: en la coyuntura, el “socialismo del siglo XXI” y
el socialismo “clásico” cursan, puesto que los dos priorizan la felicidad humana en términos casi hedónicos
inmediatos; pero según la perspectiva del largo plazo de la humanidad, es la segunda la que conviene, en la
medida en que se piensa en la formación espiritual del pueblo y en su participación en el “diseño” del curso de la
vida futura.
292