Bajar documento - La nueva concepción de la historia

el movimiento progresivo de la historia, en la primera etapa de su existencia (conformación) y
de modo indefinido, operó en aspectos de sí mismo: desconcentrado en componentes
mercantil-productivos subsistémicos (pues, superimperialismo, imperio: no se avizora ni en el
lobyng entre los G20, ni en el seno del Comisión Bilderberg o en el de la Trilateral). Dicha
forma era natural y eficiente en su modo de ser intrínseco; la relación internacional entre estas
partes, no produjo condiciones sobre las que su antípoda: el proletariado, se conforme como
un solo cuerpo antagónico en la arena (Wallerstein). La “desconexión” parcial se perfiló en la
mente, no como incomprensión del proceso general, sino porque allí se presentó una aporía:
entre el ideal y su concreción estratégica; incluso en el 2008, cuando el potro chúcaro de las
fuerzas productivas ha vuelto uno solo al mundo, la tesis apropiada en el ámbito de la real
politik es : la “desconexión”, la formación estructural de dos mundos, como la primera etapa
(todas las formas de existencia giran en torno del proceso por etapas) de la concreción del
cambio legado por las luchas anteriores.
Si bien las condiciones de posibilidad real del socialismo los hechos lo planteaban sólo
en términos mundiales (de la humanidad), al no haberse descubierto (quizá por no haber ese
camino: la Revolución Permanente y la Revolución Mundial, eran simplemente una
especulación axiológica voluntarista, traducida en términos de factibilidad) era impráctica.
¿Qué fuerzas podían enfrentar al capitalismo europeo (y al yanqui) en su fase de ascenso,
quien tenía a su vez, además de recursos financieros, humanos estratégicos, geografía,
institucionalidad, logística militar, efectivos en sus pueblos, los medios de propaganda,
ideología y la fracción proburguesa de la clase obrera, la estrategia ultraimperial como
contratendencia dilatoria, y como trinchera y ariete (Segunda Guerra Mundial) para resolver
la contrariedad planteada en el escenario mundial por la “Liga” proletaria, como fuerza bélica
superior en el escenario real de la contienda? No obstante, las contradicciones geopolíticas
interimperialistas, ponen en la palestra de los procesos “como la sumatoria de actores
políticos nacionales” (en efecto, incluso por sobre la configuración social del capitalismo
posmoderno en los llamados “bloques” cuasi continentales, a su interior se ha “recrudecido el
proteccionismo”, que amenaza con dar al traste con años de esfuerzo unionista por ejemplo en
Europa); en aquella etapa, las burguesías localistas no deploraron la estrategia de los
movimientos de liberación nacional.
En los sucesos concretos, Lenin puso las primeras líneas del trazado de la senda (su
Norte, el programa y el método), en el curso conducente a la forja de la comunidad socialista
en la zona social liberada, o sea, en los territorios de la naciente Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas: desmontaje de los aparatos del Estado burgués, desmantelamiento del
régimen democrático liberal, instauración del sistema conscientemente dirigido de evolución
social, y la nueva estructura de principios en la relación con el resto de sociedades del mundo.
Stalin continuó con la aplicación de la política asumida, en orden de las necesarias
variaciones, que las condiciones cambiantes del escenario sobre todo externo, en las diversas
coyunturas deparaban. De modo que, en el sinuoso trayecto histórico experimentado en la ex
URSS, el proceso global: 1917-1989, es posible –en coherencia con una perspectiva de
levantamiento intelectivo de los hechos- realizar una micro periodización, en la que se
advierte tres momentos: 1) la real praxis de edificación socialista, la que se inicia con Lenin y
que concluye inmediatamente luego del deceso de Stalin (etapa socialista, en estricto sentido);
2) el momento de toma de la “coordinación” por parte del revisionismo y el giro del timonel
en sentido restaurador de la forma económica mercantil burguesa, la que llega a su fin con la
crisis burocrático-estatal momentos antes de la Reforma, simbolizada por la Perestroika y la
Glasnost; y, 3) la fase dinámica y efímera de desestructuración de la URSS y del Campo, en
1993. Luego de Stalin, el siguiente análisis, puede ser pertinente, para advertir una de las
facetas del fenómeno ocurrido en la ex URSS y su Campo:
… la unión de la teoría del periodo de transición al socialismo y la teoría de que la
dictadura del proletariado ya no es la forma política del socialismo contiene, en
potencia, peligrosas consecuencias prácticas para el proletariado, en el sentido de que
ese nuevo discurso teórico prepara las bases para la liquidación de su lucha de clase
ojos de Zeus, fue haber levantado a la humanidad de su degradación y miseria primitiva hasta su nivel donde
pudiese intentar rivalizar con los dioses. Fue apropiadamente castigado para toda la eternidad” (Debates: La
cuestión ambiental en Marx; fotocopiado; cita de Nisbet, 1985 p.32).
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