Bajar documento - La nueva concepción de la historia

preocupación (interés). El individuo, para actuar en cualquier plano (debe recordarse este
“lugar común”), tiene que “hallarse en condiciones de poder vivir” (alimentarse, vestirse,
contar con un techo -las supervivencias de la “dialéctica objetiva” en la “social”: el proceso
regular, regido por leyes, de la historia 1363 ); este presupuesto necesario, debe hallarse
presente, lo mismo en el pasado, en el presente, que en el futuro, puesto que la razón y acción
responden al desate de una fuerza corporal, de un sistema orgánico, de un aparato biológico
inteligente autodirigido, que tiene la maldición de estar compuesto de materia y, por más que
se reduzcan las necesidades (suntuarias), de que sea mantenido por el producto de operaciones
maquinizadas y, por tanto, que goce de la proveeduría de un sistema de alta automatización,
ese mínimo presupondrá la producción, la que tiene a la actividad humana (trabajo) tras de sí,
en el pasado como presupuesto posibilitante (Mar-Engels: La ideología alemana).
Los colosales cambios, que ahora mismo registra la dinamia humana global, efecto del
vertiginoso desarrollo de la ciencia y de la técnica, han hecho olvidar este sencillo y arcaico
hecho; por otra parte, en el momento transicional, con pertinencia o no, las ideas sociológicas
van envejeciendo rápidamente (usualmente, las percepciones mueren con el deceso de las
generaciones, lo cual da paso al advenimiento de formas renovadas de ver la vida), desuso
dado: ya no con la remoción de las generaciones, sino en el interior del propio transcurso de la
existencia de ellas. La conducta moderna entrevé soberbia, vergüenza, desprecio por el
pasado; también exagerado prurito de diferenciación con el concepto y las formas de vida
precedentes: con aquellas que precisamente han preparado las condiciones para la emergencia
de la personalidad y conducta actuales. La futuras generaciones tienen la ventaja atinente a
que su actividad se aparapetará (en la perspectiva de la aseveración de Newton) sobre los
hombros de las generaciones actuales tanto como en los de sus similares pasadas por
mediación de las vivas; no obstante, el común denominador, mientras avanza la vida y de que
ésta se renueva, es la propensión a negar el nexo con los sujetos y la praxis pasada, en el
sentido en el que el mérito de las futuras generaciones no es visto como la continuación
(impresionante linealidad –onda larga total- en medio de transiciones de evolución y salto) del
trabajo que realizan las actuales promociones humanas, sino que, por el contrario, están
tentadas de advertir a la suya como el principio, la inauguración de toda actividad. Aquella es
la propensión de ecologistas, feministas, etnicistas,… La “nueva izquierda” posee la más
visible forma tumoral de esta prepotente ingenuidad: el “socialismo ético”, como novedad
superadora, en su sentido, del orden clásico 1364 .
La propia inversión fetichista entre relación social y material, que también se manifiesta
en el aspecto del valor de uso capitalista, es aclamada como visión positiva del futuro.
Tal hecho se burla de toda pretensión emancipatoria. No por azar esta tendencia
posmoderna va acompañada por la indiferencia con relación a las formas de mediación
tácitamente supuestas del dinero, cuya superación no constituye un tema serio. El
antiguo marxismo del movimiento obrero, la crítica alternativa de las fuerzas
productivas a cargo del Partido Verde y la izquierda posmoderna representan sólo
variantes de la misma incapacidad (y de la misma mala voluntad) de superar el sistema
productor de mercancías. Contra esto, se ha de defender una superación de la forma del
valor fetichista, que incluye en la negación superadora tanto la forma aparente de
mediación del dinero como la forma fenoménica del valor de uso capitalista,
aprovechando los potenciales de la revolución microelectrónica justamente por el hecho
de escoger de manera crítica los artefactos capitalistas, en lugar de someterse, sin
ninguna crítica, a la lógica represiva de su valor de uso (Kurz, Robert. Antieconomía y
antipolítico: sobre la reformulación de la emancipación social después del fin del
"marxismo"; primera parte, Alemania, 1997).
1363
Pues, si no se acepta a la dialéctica como una propiedad misma de la realidad, se divorcia la conciencia de
la realidad.
1364
Este sector se plantea cambiar el sistema –muchos de quienes critican el teoricismo- rebuscando en la
ideología: análisis crítico de la “cultura” como arma para el cambio social. La realidad se ríe de esta
“praxis”; ella hasta ahora ha hecho lo que en gana le ha venido. Sólo la revolución y la “lucha callejera
subversiva” han frenado, redirigido y finalmente liquidado al capitalismo. Desde luego dicha posición
perfumada, de aguda reflexión teórica: “ethos barroco”, “la hermenéutica y el multiculturalismo”, desprecian
a la ortodoxia “estructuralista” que formula la complexión esquelética del sistema, descubre la determinación y
las tendencias, y apoya en ellas su acción práctica transformadora: la política práctica.
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