Bajar documento - La nueva concepción de la historia

somáticamente patógena) a la vez, a la que da cabida esa senilidad monstruosa. Esta es, en
verdad, una “desventaja competitiva”, histórica, del modo burgués de vida; para el otro lado:
para el grueso de la población mundial, la misma representa una ocasión para operar una
maniobra estratégica inteligente de cambio; las oportunidades la aprovechan las mentes
instruidas, éstas existen: han sido creadas como cuando el obrero (“los brazos que empuñarán
las armas para darle muerte”), por parte del mismo movimiento y necesidad del capital: el
talento humano preparado con excelencia, hasta ahora: útil en la resolución de problemas en
los negocios, es el staff, el “círculo de calidad” en la conspirativa forma posterior de
desagregación de valor.
El contenido del párrafo precedente, sirve –a la vez- de modo sinérgico para recuperar
una vez más, en el presente documento, las nociones de “totalidad” y determinación, respecto
de la conformación y operación del proceso social. La conducta positivista cognitiva (y de las
nuevas escuelas sociológicas neomarxistas), que conduce a la especialización (la que en
muchos casos es pertinente, como en el de la Medicina, puesto que ésta se desagrega en varias
áreas de la salud dada la complejidad del “organismo perfecto” que vendría a ser el cuerpo
humano), no solamente que está presente en el tratamiento teórico y de política en la esfera
social; también lo está en otros ámbitos como el atinente a ciertas enfermedades psicológicas:
se aborda el problema de modo abstracto, en la ensimismedad de una sola parcela en la que se
presenta el caso (la pobreza, el desempleo, la no satisfacción de necesidades por carencia, se
sabe que alteran la conducta, conduciéndola a la delincuencia, a la “histeria”); en otros
términos: se aíslan los hechos, se enmudece la naturaleza sistémica de los mismos. Esta
actitud lleva a obrar prácticamente sobre los efectos relacionados con un problema, puesto
que la causa del síntoma se halla en otro componente del sistema. Su tratamiento se limita,
por tanto, a la prescripción de bálsamos, los cuales finalmente dejan intocadas las razones
estructurales de la fobia (en materia de “teorías del desarrollo social”, así procede el
funcionalismo estructuralista). Un ejemplo tautológico es suficiente para evidenciar la ceguera
de recluir en el examen de las contradicciones internas a un subsistema (una parte del todo),
cuando la determinación yace en las antinomias correspondientes con el aspecto principal del
sistema.
En efecto, la urgencia de perfeccionar las capacidades y el desempeño de la moderna
fuerza de trabajo (de la fuerza no productiva de “labor”), que persistentemente transparenta el
burgués, ha gestado nuevas patologías en el grueso de la población; morbos, por otra parte,
todos imputados, en su causalidad, a sus simples manifestaciones. El caso del diagnóstico y
tratamiento del “tecnoestrés”, en el cual se expresa la manida tendencia a ensayar análisis de
los hechos recluyéndose exclusivamente a la esfera de su sola inscripción interna, o sea,
considerándolo como que se trata de un proceso encerrado en sí mismo, que se mueve por sí
mismo y que debe ser manejado en la particularidad endógena, puesto que la creencia relieva
tan sólo su realidad sistémica sin conexión con el entorno, dejándose de lado la identificación
y procedencia de su determinación. De similar modo como ocurre con el abordaje intelectual
objetivista de la región política, también aquí es la componente económica, la esfera en torno
de la cual se organizan y condicionan su sentido el resto de dimensiones de la vida social,
siendo la que en la actualidad más se ha plagado de tecnología, que ha convertido al ser
humano en un simple apéndice suyo (instituyéndose –de este modo- una nueva forma de
alienación); en consecuencia, el hecho proviene de la modalidad rentista, nerviosa, urgente,
que sobrepone a todo y a todos la naturaleza competitiva del capitalismo senil: la raíz de
dicho mal, en el que los lentos y los analfabetos tecnológicos carecen de opción certera 1328 .
Las psicoterapias en esta patología (en el tecnoestrés), tal como sucede en otros campos en los
que se actúa cognitivamente de modo similar, muy poco pueden hacer, pues, las recetas se
estrellan frente a la estabilidad, reiteración, persistencia, tozudez, de la realidad fuente que
genera el morbo. La calidad, la excelencia, la famosa corriente educativa de las
1328
Una persona en cualquier parte del mundo suele sostenerse, que es analfabeta, pese a que la misma haya
concluido la instrucción primaria, si no conoce el Inglés, si no domina metodología de investigación científica y
computación; lo es también –y en sentido moderno- si no maneja el (La) Internet. Y esto es así, si el rasero base
de la sentencia lo constituyen las variables: sobrevivencia y el éxito en el interior del stablishment (calidad de
vida, crecimiento humano, espiritual, es normal decirlo en épocas posmodernas), esto es, en parentela con el
saldo de la acción de mindalaes en el interior del tianguis burgués, o sea, en absoluto en el escenario racional
de la vida, el cual sí exige dicha urgencia cientificista y tecnocrática de modo creciente a todo ser humano post
posmoderno.
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