Bajar documento - La nueva concepción de la historia

órgano de órganos se entrega a la tarea de regular (coordinar/dirigir) las funciones intrínsecas
de cada subsistema del cuerpo que replican permanentemente su estado autosustentable, tanto
como de poner al individuo en orden de interactuar con el entorno
(asimilación/desasimilación) en sentido simplemente adaptativo/defensivo (los animales,
amén de usar sus extremidades para desplazarse, también lo hacen para defenderse y atacar);
pero, luego la inteligencia que ha producido la conciencia y por la que todo movimiento
humano es producto de una decisión (incluso la reacción automática, debido a la
posreflexión), o sea, operación sometida a la razón (aprendizaje, comprensión, pensamiento,
decisión), de la sola función de eficiencia en la sobrevivencia (función específica natural),
como las extremidades posteriores en el fútbol, la inteligencia (ella misma) se pone a operar
con una nueva función creada/encontrada por accidente por el ser humano: producir la
“conciencia de sí” de la materia (un caso especial lo dan los mecánicos artesanales de
vehículos de las neocolonias, sobre su conducta creativa se dice: “de todo hacen
herramientas”).
Como intermezzo en la temática abordada en esta parte, se formula la pregunta: ¿cuáles
serían las posibles formas de ocupación no cognitivas, no investigativas, no analíticas de la
especie supramoderna, dígase: los pasatiempos de la nueva humanidad responsable, flemática,
rigurosa, hierática, esto es, de la nueva conciencia: de la metaconciencia? (¿“sociedad”: sin
alegría? ¡No!: simplemente madura; ahora bien, el nuevo “ethos” no deriva de la creatividad
de las ideas como se dice ocurre en las producciones en el cine, en la literatura, en la música,
etc., esta cualidad emerge de las renovadas condiciones -necesidades- registradas en un
momento histórico); ¿cuáles los entretenimientos que reemplacen a los espurios, esperpentos
de hoy: telenovelas, baile erótico, el alcohol, los cuentos, las novelas, los juegos de azar? Es
obvio, que dichas distracciones pervivirán por un lapso determinado y perentorio en el
inmediato futuro; sin embargo, el carácter selectivo, resumiente y eficaz de la mente, harán lo
suyo, esto es, se actuará con economía para abarcar más frentes de trabajo artístico; en efecto,
la humanidad, verbi gracia, en la música se ha encargado de seleccionar apropiadamente a los
autores clásicos más valiosos y, de su arte, a aquellas partituras, que constituyen la verdadera
creación estética que eleva el espíritu, que se han hecho con el favor de la legitimidad, por
tanto, que gozan de perennidad y reiterado disfrute. El órgano cerebral está plenamente
comprometido de ese modo para el efecto a futuro, pues, muchos de los pasatiempos que
implican hoy a otros órganos del cuerpo, serán seleccionados y otros cesarán. En la
naturaleza, en la mariposa viene incorporada su propia “estética”, su función es de apoyo a su
supervivencia; en el ser humano se utiliza la inteligencia para realizarse como estética,
subsumida a esa misma función: contar con la satisfacción, que se expresa como
ensimismedad en su traslado del efecto como “otredad”. Los entretenimientos que vienen, de
todos modos, vendrían a ser los de orden superior, los de una “sociedad” académica en
extremo madura: acceso a noticias; los “debates”, las ponencias, los simposium; el estudio de
la historia de los pueblos anteriores (“culturas” –sic), los aportes filosóficos y en otros campos
dados por la edad infante de la humanidad; la observación reiterada de documentales
científicos, el estudio de los restos fósiles, de la vida en el perneano, en el cámbrico, etc.
La humanidad: está sola (siempre lo estuvo); ha avanzado compungida, en autarquía, en
el enclave terrestre; su mérito es haber llegado a puerto intermedio; debe continuar de ese
modo a su destino. Hasta hace poco lo ha hecho perdida, mareada: a un paso del éxito, a
centímetros del precipicio (se dice que la especie muchas veces ha rozado con la extinción);
pero, de modo casual, a la manera del “acto” de fijación de las “constantes cósmicas”, las
cuales definen el proceso ulterior –“el ser humano es el producto exitoso de los asares que le
han precedido”- (el que no puede variar: no lo ha hecho; sin embargo, en un dado momento:
lo hará) continua poniendo, negando y superando, en su orden, sus propias leyes. En la faena,
no existen condiciones mágicas ni de dación del “maná” ni la presencia de los pioneros, pues,
el colectivo es quién hace la historia “... con su infinito poder de transformación”. Sola en la
inmensidad del Universo, enfrentada a la dimensión desconocida, mitigando su ostracismo en
la mitología, la adivinación y las imploraciones; armada con la inteligencia, ha marchado
rumbo de alcanzar la libertad: la conciencia de la necesidad y del saber sobre la materia en su
integralidad. Los dinosaurios desaparecieron (últimamente se dice por cuanto fueron objeto de
epidemias: no habían desarrollado defensas para “depredadores microscópicos”, perdieron
“ventajas competitivas” y entraron en decadencia), luego de cumplir un rol en los ecosistemas
en el interior de la cadena evolutiva. La extinción juega un papel en dirección de la evolución
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