Bajar documento - La nueva concepción de la historia

humanas, es decir, con ella se quiere impedir el carácter suicida de la humanidad, sobre el
supuesto de la continuidad del enfrentamiento entre seres humanos buenos y malos; esta
postura especulativa, no conoce el hecho (o se ignora a propósito) de que el cambio en las
relaciones sociales dado por razones sociopolíticas y técnicas, es el que torna superflua la
acción de los robots (hecho que a su vez les provee de un “alma” buena), como protectores de
las travesuras suicidas del género humano in abstracto. VIKI está y no en lo cierto; en lo
cierto: porque se propone proteger a su creador; no está en lo cierto: porque en su diagnóstico
le falta el análisis sociológico de clase 1043 ; en verdad, debe matar a su creador visto como
sistema y proteger al resto de la humanidad, es decir, no puede abstraerse de actuar en sentido
político. Pero, supervivencia: ¿para qué? ¿Para seguir libando? –Sumak kausay. ¿Para seguir
adorando a dioses?
Por otra parte, los robots: ¿tienen secretos? ¿Debe programárselos para que oculten
información? En el capitalismo: sí, pues, en el susodicho sistema todo puede pasar, e incluso
la perfidia es asumida como síntoma de creatividad, de audacia, de positivismo en materia
técnica de competitividad. En efecto, los secretos son componentes de la estratagema, por
tanto: parte de la actuación estratégica, y la estrategia se plantea frente a enemigos inteligentes
a los cuales se les debe derrotar; en suma, el ocultamiento de información es módulo
componente de eficacia en la competencia. Si bien el capitalismo conduce al robot y a la
“sociedad” de la inteligencia artificial, éste orden no va a gozar de este magnífico desarrollo
de la especie en su entero despliegue, por lo que la tecnología supramoderna, no puede ser
conspirativa. Pero todo esto pronto será una realidad: “... algún día la simulación cognitiva se
acercará a los modelos compuestos del intelecto” (Leontiev diría: a la hominización); “a Dios
gracias” el hecho ocurrirá: en el marco de una nueva comunidad humana. Si un robot es malo
(si su cerebro positrónico viola las “tres leyes de la robótica”, como se dice; a propósito:
reglas a cumplir por un “organismo” mecánico de inteligencia artificial concebido in
abstracto, es decir, para una “formación social” burguesa clásica, en la que la conducta
general sigue siendo de tipo “policías y ladrones”, como los apologista del capitalismo y
costumbristas lo siguen creyendo), es por cuanto detrás de él se advertiría la presencia de un
individuo capitalista, es decir, de un mal sujeto manipulador –“radical libre”- del “simulador
de su personalidad” del ente mecánico, es decir, de su “alma” (en las formas humanas, esto es,
en sentido estricto, la información, el conocimiento ideológicamente estructurado, la
conciencia).
No obstante, hay otra película cuyo título es: Bicentennial man; ésta trata de la historia
imaginada de un robot pacífico, sumiso, que va progresando hasta llegar a ser, por
transformaciones y adiciones sucesivas, un completo ser humano: cumple las funciones de
éste, pide envejecer y morir (la omisión que inmediatamente se detecta en el argumento, sin
embargo, es que se pone la monta en la dificultad que experimenta el robot al complejizarse y
saberse inmortal, y el no haberse enfatizado sobre el hecho de que, para ese entonces, también
el ser humano natural habrá encontrado y aplicado métodos de manipulación genética de
prolongación de la vida en su forma natural, asumiendo ésta, carácter de intemporalidad
relativa; además, se proyecta la impresión de que se puede crear el alma –en sentido idealista-
también artificialmente: el robot Andro finalmente es reconocido como ser humano, en virtud
de que en el proceso de su antropomorfización se ha dotado de alma, la que se encontrará
–en la postulación ideológicamente intencional- en el más allá con la de su consorte). Esta
fantasía se produce en el interior de una forma de organización humana más próxima a la que
viene, pues, casi han desaparecido los conflictos, los odios, etc. (a pesar de que la percepción
burguesa, clasista, de la vida, nítidamente esté presente en ese drama prospectivo, en la
permanencia de nociones burgués-idealistas en torno de alma, libertad, propiedad privada
–cuando el robot Andro termina de construir su casa, satisfecho dice: “mi casa”). La
evolución (¿involución?) de la lógica a las emociones es patética 1044 ; al fenómeno se lo da alta
prelación, precisamente para que el robot deje de ser una máquina, asumiendo la “condición
1043
En el film X-Men (“hijos del átomo”), se contiene mucho más fundamento filosófico y político exegeta en su
trama; sin embargo, el comportamiento pérfido anárquico que se deja entrever, no se corresponde ni axiológica
ni objetivamente con la realidad humana que viene.
1044
“Es la fuerza del corazón humano la diferencia entre el ser humano y las máquinas”, se dice, con la
intención de rescatar el valor del ser humano por sobre los instrumentos pensantes producidos por él; luego, en
la fusión máquina-ser humano, éste contribuye tan sólo con el corazón, o sea, con la esfera arcaica de la
sensibilidad, con lo cual se degrada al ser que se pretende enaltecer.
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