Bajar documento - La nueva concepción de la historia

del todopoderoso ser humano); y, 2) tampoco es serio proceder a seducir zalamera y
oportunísticamente para acceder al “objeto” de disfrute personal (como es el caso común de
individuos respecto de una mujer, por móviles libidinosos) mediante el derroche de lisonjas
(¡tanta payasada solamente para dejar descendencia, lograr compañía o alcanzar el placer por
el placer! (“matar dos pájaros de un solo tiro”, usualmente se dice); incluso ha habido muertes
por amor: suicidios por despecho, por decepción, crímenes por celos, duelos: tan sólo por
asegurar la sobrevivencia de la especie); lo es, mas bien, el valorar los aspectos relevantes de
un ser en sentido objetivo y descriptivo. Strictu sensu: ¿afectividad intuitiva o lógica racional?
Yo digo: -me propongo ser un individuo, que poco a poco me libere de las amarras de
las normas de hierro naturales, de la esfera afectiva, sensorial y las postizas de orden social
impuestas por razones utilitario-mercantiles, y sin temor y con entera conciencia, pueda
dedicarme a vivir la sujeción a la lógica. Lo expuesto, de cierta manera, por otra parte,
conduce a la crítica de pareceres opuestos del modo concebido en las presentes líneas.
Desgraciadamente, la libertad tiene sus bemoles: no es, en modo alguno, abstracta. En el
Paraíso bíblico, la primera pareja de seres humanos –Eva y Adán- deseaba la libertad; mas su
consecución trae atadas sus consecuencias: para hallarse en circunstancias de poder decidir
por sí mismos, se tenían que crear las condiciones para el efecto: determinaciones también
creadas por sí mismos, es decir, “obtener el pan con el sudor de su frente”, autoabastecerse,
ser propiedad de uno mismo, no esperar en nadie, manumitirse (de este modo el relato bíblico
expone el paso de la etapa barbárica, preproductiva de la recolección, caza y pesca hacia la
productiva, en la que el ser humano crea las “condiciones para la autoproducción de su propia
existencia material”). Hoy, estas condiciones han ido más allá: con la robótica productiva se
puede alcanzar la “libertad” (capacidad de decidir y actuar con conciencia, enmarcada en el
contexto de una realidad científica y técnica –y social- dada) sin necesidad de trabajar (las
máquinas nuestras, trabajan por nosotros), no solamente en torno de los deseos personales
sino también del grupo (y la historia) por consenso racional, alto. En el pasado el relato
bíblico, las limitaciones en el dominio intelectual del entorno y la proto técnica, frenaron el
despliegue de las posibilidades inmersas en la noción libertad; en la sociedad actual, en
cambio, lo hace el factor enajenante y alienante proveniente de las condiciones de la
estructura social (“todo lo que haces te dicta el sistema y no tu supuesta libertad”).
Ahora bien, que tanto tiempo individuos que sostienen credos se mantengan en el
embuste y sistemática, militantemente en embaucamiento de gente, merced a la aplicación de
la estratagema: el ser humano no puede tener otro origen que el divino, que no es un animal
más, que todo ser humano debe ser salvo, que el Redentor les habló, eligió y les confió la
responsabilidad de sacar de la ignorancia a la verdad al impío; dicha tarea, para estos
entusiastas, por su parte, debe ser cumplida a rajatabla, pues, es la garantía de su propia
salvación. Las citadas, las razones que orientan el cumplimiento de una acción autocatalogada
como bondadosa, piadosa, sacrificada e inherente a la misión de “pescar seres humanos” (un
caso de histrionismo providencialista registra la historia del Ecuador; el difunto ex cinco
veces presidente de la República Velasco Ibarra, al ser inquirido por la Prensa en torno de
cómo podría autodefinirse, el gobernante responde que él se hallaba designado por Dios para
colaborar en la misión Divina: sacar a la naturaleza y a la humanidad, del caos al orden
–Cueva, Agustín. El proceso de dominación política en el Ecuador). La mente que reflexiona
sobre los “grandes números”, como se sabe, requiere del saber mítico en una etapa dada de la
vida; de ese modo encuentran solaz seres que no cuentan con los conceptos ni con los
métodos adecuados para producir respuestas objetivamente solventes en torno del plano, de
manera que cursa oportunamente dicho elaborado de la simple imaginación, como bálsamo
restañador de las heridas abiertas en las profundidades de la mente (el nivel, tipo de
conocimiento y de racionalización conseguido en las primeras etapas de la vida le son
supuestos suficientes; pues, las fuerzas productivas materiales no han alcanzado el grado de
desarrollo de modo que no han hecho posible el ingreso de información apropiada y realista
en la cabeza, a fin de vulnerar la representación ilusoria). En suma: es por cuanto la
humanidad aún no ha podido desembarazarse del lastre de su pasado emotivo, intuitivo,
filosófico y clasista, que la región de las ideas nebulosas persiste; pero, sobre todo, el
fenómeno se produce en virtud de que la especie todavía se mantiene integrada por las leyes
económicas coercitivas y confrontacionales, que la lucha ideológica es un aspecto central en
la vida del espíritu (en la nueva humanidad, en la que la Religión no cumpla papeles
clasistas –es decir, en que el género en su reproducción haya perdido una de sus esencias-,
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