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Bajar documento - La nueva concepción de la historia

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socieda<strong>de</strong>s “<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das”, es normal, que hayan receptado el impacto <strong>de</strong>l progreso técnico,<br />

el cual empezó con genitales artificiales y eléctricos, pasando por <strong>la</strong> muñecas inf<strong>la</strong>bles, como<br />

se sabe) 1304 .<br />

Manteniéndose siempre en el p<strong>la</strong>no <strong>de</strong>l sentido <strong>de</strong> <strong>la</strong> reflexión p<strong>la</strong>nteada, <strong>la</strong><br />

complicación, que ya está siendo lógicamente resuelta, radica en que “al robot hay que<br />

ponerle metas para que opere”; contrario sensu: el ser humano lo hace por necesidad (<strong>la</strong><br />

sobrevivencia y, al hacerlo: propulsa su <strong>de</strong>sarrollo). <strong>La</strong> dificultad propiamente dicha consiste<br />

en el hecho <strong>de</strong> que “cuerpo e información <strong>de</strong>ben trabajar en co<strong>la</strong>boración”; en el niño el<br />

cuerpo crece y simultáneamente se adapta en coherencia con el aprendizaje y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong><br />

necesida<strong>de</strong>s (conocimiento, <strong>de</strong>seo, órganos y movilidad): es <strong>la</strong> a<strong>de</strong>cuación parale<strong>la</strong> entre<br />

información, “propósito” y acción (motivación, software y hardware). En el ser humano, <strong>la</strong><br />

disposición <strong>de</strong> su cuerpo y su conciencia, que lo preparan para el pensamiento, proviene <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

conjunción <strong>de</strong> tres factores: necesidad, <strong>la</strong>s neuronas corticales (grabado <strong>de</strong> información y<br />

procesamiento) y el entorno (el escenario que abarca tanto los recursos como <strong>la</strong>s limitaciones<br />

para el ejercicio <strong>de</strong> <strong>la</strong> inteligencia, <strong>de</strong> cara a <strong>la</strong> atención <strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s). Al robot hay que<br />

darle metas; y, parale<strong>la</strong>mente en coherencia diseñar el instrumento corporal que sustente <strong>la</strong>s<br />

distintas funciones implicadas en su cumplimento, lo cual requiere <strong>de</strong> su contraparte lógica (o<br />

al revés).<br />

Para acce<strong>de</strong>r al sentido y po<strong>de</strong>r enten<strong>de</strong>r, por ejemplo: los sonidos musicales, se <strong>de</strong>be<br />

contar con sensores orgánicos, hormonas, enzimas, proteínas o algo parecido, así como<br />

información previamente asentada en el cerebro: propieda<strong>de</strong>s materiales con un específico<br />

tipo <strong>de</strong> estructuración. No obstante, es prácticamente imposible proveer con tales receptores<br />

(condiciones) al robot; mas bien: es innecesario, pues, sería absurdo conseguir, que un robot<br />

se entregue a escuchar, verbi gracia: música, a cerrar los ojos y suspirar (una efímera consorte<br />

joven <strong>de</strong> <strong>la</strong> persona que garabatea estas anotaciones, al escuchar <strong>la</strong>s Sonatas para Piano <strong>de</strong><br />

Beethoven, preguntó: -¿qué son esos ruidos”?-). Ahora bien, los sentidos funcionan <strong>de</strong> modo<br />

básicamente hormonal, en el interior <strong>de</strong> una complejidad biológica, por lo general gatil<strong>la</strong>da,<br />

para el caso, por causalidad externa: el sabor <strong>de</strong> una manzana, el olor <strong>de</strong> un bistec, el<br />

argumento <strong>de</strong> una pelícu<strong>la</strong>, <strong>la</strong> forma y <strong>la</strong> química <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> una mujer, <strong>la</strong> brisa tenue que<br />

atempera un clima que sofoca. El robot <strong>de</strong> “última” generación, <strong>de</strong>be cumplir funciones<br />

esenciales <strong>de</strong>finidas, como <strong>la</strong>s asociadas a <strong>la</strong> inteligencia y al pensamiento; para el efecto,<br />

contará con los órganos indispensables en coherencia. En el ser humano, <strong>la</strong> sobrevivencia y <strong>la</strong><br />

multiplicación <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie, son procesos que requieren <strong>de</strong> esa colosal cantidad <strong>de</strong> funciones<br />

y órganos, que se resumen en <strong>la</strong>s esferas sensitiva y racional. El robot, actuando en campos<br />

específicos no numerosos, se mantiene operativo mediante el “trabajo” <strong>de</strong> mecanismos, que<br />

no son <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n biológico sino mecánicos y lógicos. No se necesita ser portador <strong>de</strong> una<br />

capacidad especial, para advertir el hecho <strong>de</strong> que los robots que cumplen específicas<br />

funciones, no requieren <strong>de</strong> múltiples y variados órganos, sobre todo en el campo <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

sensorialidad. Sin embargo, <strong>la</strong> mayoría <strong>de</strong> especu<strong>la</strong>ciones e, incluso: <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong>s posiciones<br />

serias sobre <strong>la</strong> Robótica, mucho se preocupan por endosar <strong>la</strong> esfera sensorial en el robot.<br />

1304<br />

En <strong>la</strong> actualidad se comenta mucho y con fuerza sobre <strong>la</strong> tesis “opción sexual”. Esta, es una f<strong>la</strong>grante<br />

aberración <strong>de</strong> <strong>la</strong> mente: una confusión, un <strong>de</strong>squite, una maldad. Aun a riesgo <strong>de</strong> que el re<strong>la</strong>to que sigue, <strong>de</strong> pie<br />

para que le reboten una serie <strong>de</strong> <strong>de</strong>saguisados mentales, tales como: homofóbico u homosexual invertido o<br />

reprimido, <strong>de</strong>sajuste psicológico provocado en <strong>la</strong> infancia, resentimiento social, conducta anticuada y<br />

argumentos análogos, se comenta el hecho. <strong>La</strong> persona que escribe estas líneas, cursó sus estudios secundarios<br />

en un pensionado <strong>de</strong> curas. En el primer curso, se pudo advertir, cómo un sacerdote, que daba <strong>la</strong> apariencia <strong>de</strong><br />

ser toda una personalidad con carácter, tenía tras <strong>de</strong> sí un séquito <strong>de</strong> mozalbetes <strong>de</strong> entre 11 y 12 años<br />

cursantes <strong>de</strong>l primer año <strong>de</strong> bachillerato: eran niños con los cuales el señor sacerdote se distraía sexualmente.<br />

En <strong>la</strong> lista <strong>de</strong> prospectos había estado mi persona; y, si me salvo <strong>de</strong> entrar a integrar el “harén” <strong>de</strong>l curita, es<br />

por cuanto uno <strong>de</strong> estos muchachos “amantes” <strong>de</strong>l reverendo padre (el <strong>de</strong> mayor estatura, por supuesto),<br />

celoso, en cierta ocasión procedió a agredirme; esa paliza (“Bendito sea Dios”) hizo que me alejara <strong>de</strong> todo<br />

sitio al que acudía mi agresor y, por supuesto: <strong>de</strong>l señor cura. Al comentar este inci<strong>de</strong>nte a jóvenes<br />

universitarios en c<strong>la</strong>se, o sea: que por poco me hacen gay cuando in<strong>de</strong>fenso niño, uno hizo el siguiente<br />

comentario: “<strong>de</strong> haberle ocurrido, no estaríamos recibiendo c<strong>la</strong>se aquí en el au<strong>la</strong>, sino que al señor ingeniero<br />

hubiésemos tenido que ir a escucharle en una peluquería”. En lo personal, <strong>la</strong> “opción sexual”, no fue materia<br />

<strong>de</strong> elección, pues <strong>la</strong> misma estuvo pre<strong>de</strong>finida <strong>de</strong> modo natural, genético, como es lo <strong>de</strong>bido; un macabro<br />

inci<strong>de</strong>nte (social), que no se dio por fortuna, pudo haber <strong>de</strong>sviado <strong>la</strong> normalidad en el comportamiento sexual<br />

personal (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces he procurado no encontrarme con dicho religioso, para no mancharme <strong>la</strong>s manos <strong>de</strong><br />

sangre).<br />

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