Bajar documento - La nueva concepción de la historia

de la Cosmovisión Oriental (esto es así, que pena Feyerabend); por el contrario, debe ser –y
esta premisa tiene que ser reconocida sin sentimentalismos cursis y hay que admitirla sin
ambages- (kaizen), el de la “calidad”, de la “excelencia”, de los “cero defectos” en la acepción
groseramente neocapitalista, o sea, los presupuestos de esta nueva misión práctica, cósmica,
total, devienen del uso y negación de la conducta puesta por la subfase burguesa de “último
momento” (“es la ´insatisfacción´ el estado mental en el que se generan los cambios” –reza
una opinión idealista-; la necesidad, los obstáculos, son los móviles que ponen a actuar al
cerebro –esta máxima liberal, es exacta para el desarrollo de la conciencia y de la técnica:
“´valor´ de usufructo y certeza”) 828 . De modo natural, el hecho debe darse, despojada esta
capacitación y estas súper destrezas de su raigambre e instrumentalización burguesas y de la
perspectiva del lucro, en su orden. Incluso si con este objeto (alcanzar su fin supremo: la
racionalidad de la objetividad; ésta es la verdadera “condición humana”, no la
sentimentalidad, que ya lo fue y que cumplió su papel), el ser humano deba poner en peligro
su existencia misma cuanto de la propia ontología de su vida (sufrir y provocar
transformaciones audaces en sí y en su entorno; pero el ser humano es el verdadero
listorsaurio), la determinación es hacerlo: ese es el fin ¡fatal! del ser “social” del futuro; no le
queda otro camino (toda la historia es el proceso de preparación de los humanos, para que
éstos lleguen a ser el objeto de una actividad consciente –Marx); empero, dicho exabrupto es
lo que se debe impedir mediante el bloqueo al capitalismo y propendiendo al establecimiento
de la formación humana futura, en la que se produzca la armonía: la reconciliación entre
humanidad y naturaleza 829 .
Listorsaurio humano, que debe otorgar permanencia a su existencia por sí mismo, con
el concurso, por ejemplo, de la práctica investigativa médica de los “niños medicamento”.
Sobre el particular, la controversia en torno del uso de órganos y fetos humanos con fines de
política de salud, se mantiene y se aviva, puesto que los alcances e impacto que la misma
tiene respecto de la ruta de la humanidad, acusa elevados niveles de inconsciencia. La
investigación con embriones es recusada debido a la penetración en su juzgamiento de la
ideología religiosa (este sector se resiste a entender, que tiene que dejar de entrometerse en la
vida del resto, que debe superar ese rasgo megalómano de creerse elegido por entidades
invisibles para fantasear y embaucar). Los nuevos productos de la fecundación humana: el
cigoto, el feto, no son seres humanos en sentido racional, pues, no tienen conciencia, se hallan
solamente en estado animal: “son hardware puro y simple”; su supresión –en consecuencia- a
lo sumo es corporal, no espiritual. Estos, se convierten en tales, una vez que interiorizan el
mundo y actúan en él, cronológicamente; esto es, cuando son objeto de implantación de la
conciencia en su sistema neuronal cortical, mediante aprendizaje o socialización y en tanto
intervienen en la praxis, con lo cual alcanza para sí la experiencia humana. A medida que más
aprende un ser, más humano (consciente) se vuelve; de modo que a partir del segundo día
luego del alumbramiento –por así decirlo-, cualquier intervención que se efectúe sobre el
niño, resultará ser un crimen (quizá deba decirse: luego de la fusión de óvulo con el
espermatozoide), y mucho más lo será cuando dicha injerencia científica con fines médicos
sea sobre un ser humano que no solamente es perceptor de conciencia, sino una vez que haya
828 Dicho de otro modo, el sistema liberal burgués en conjunto y –de modo especial-: su última fase, han puesto
las premisas, los presupuestos (ligados al paradigma de la extenuación de la calidad), que empujan el
cumplimiento de esa misión (el ser humano ha hecho “todo” en su mundo inmediato, hoy le toca hacerlo en su
entorno externo). Las nociones demagógicas de “autosuperación” y “autoperfeccionamiento”, que de modo
sectario e interesado ha promovido el sistema, con el fin de reducir la asignación del excedente social en
programas de política legitimadora (educación, capacitación del “recurso humano”), inducen a la especie toda
a elevar su “autoestima”, su capacidad intelectual y destrezal, de manera de ponerla a punto para el
cumplimiento de nuevas tareas colectivas. Una vez más, el llamado y las promociones en torno del desarrollo
personal de la población, dirigidos a favor de los intereses burgueses, se orientan en el marco de una
perspectiva histórica más amplia para la humanidad.
829 Probablemente, frente al tipo de vida sensualista que va prevaleciendo; a la renuncia general hacia la
lectura, sobre el estudio de materias de rigor científico; al incremento de la presencia de todo un conjunto de
grupos humanos en el planeta, que carecen de noción sobre la ciencia, sin apego a la investigación y en desidia
absoluta en torno de la estructuración cognoscitiva de la conciencia, la maquinización de la ciencia y la
incorporación de sus resultados por vías electrónicas en la mente, sea la solución antielitista y de superación de
un posible estado de idiotez generalizado en el que peligra ingresar la especie a futuro. No obstante, la
presencia de la tecnología misma (la disposición de nuevos instrumentos “inteligentes”) estimula el desarrollo
de los productos del movimiento de la mente (en efecto, los resultados de los procesos de la conciencia no son
los mismos con pizarra de piedra, que con la hoja electrónica, mientras la mano del ser humano no ha topado,
no ha modificado todavía, la capacidad natural de la conciencia).
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