Bajar documento - La nueva concepción de la historia

como modo de obrar en las épocas tempranas de la existencia, tanto de la humanidad como
del individuo. El arte tiene determinación histórico-estructural; allí reside su impulso; y, es
fácil ubicar un lugar empírico que de sustento a la aseveración. La Música Clásica, por
ejemplo, floreció antes de la “revolución industrial”, con antelación a la emergencia y
consolidación del capitalismo, es decir, en la etapa servil-señorial; empero, si esta forma de
esteticidad (la cual también se halla presente de modo rudimentario en los animales: el
ruiseñor, el zorzal, consistiendo la diferencia con el ser humano en ese campo, en el carácter
consciente del que está penetrada y repleta la tarea), persiste en la época neoimperialista –a
más de la incidencia en el fenómeno, de la voluntad perennizadora-, es en virtud de que esas
formas de la belleza sonora son depositarias de rasgos comunes adosados al sentir humano de
modo ahistóricamente considerado y, además: por cuanto contienen el principio de la belleza.
Y, si por ventura, esa música continuará siendo rescatada, el hecho se debe a que la
humanidad se replantea etapas de vida pasada en un grado mayor de desarrollo de las
fuerzas productivas (lo cual es distinto a decir, que “los pueblos repiten la historia”), siendo
el instante cuando la serenidad atrape al cuerpo de la humanidad al no tener que trabajar
(hecho que permite recuperar la confianza, el buen ánimo, la estabilidad emocional, el
optimismo), pues, esta tarea será entregada a las máquinas (en efecto, hasta ahora las
máquinas han hecho más fácil el trabajo, han reducido el “tiempo”, las “energías” empleadas,
los procesos de la vida dedicados a la producción material y han elevado la productividad del
trabajo), tal como en el esclavismo, en el feudalismo y en la sociedad burguesa, la clase
parasitaria depositó dicho rol sobre la clase trabajadora (en la que -en ciertos segmentos del
todo depauperados: el lumpenproletariado- se concentran todos los males psicológicos, que se
expresan de modo prístino en su “arte”, en esperpento –caso de Julio Jaramillo en Ecuador;
para “curarse en salud”, puesto que habrán reacciones, se arguye que el amor al pueblo no
quiere decir que se tolere sus aberraciones 1064 ).
Pero, un joven (la forma societal, que ha prendido sus raíces actualmente en el mundo,
en el proceso de globalización; un joven maduro, que propone la excelencia, la calidad, la
educación en valores,…): no puede llegar a ser viejo sin tornarse senil (es decir, modificará su
status etáreo, tan sólo después de haber dado término a su misión específica: la generación de
las condiciones para que en la propia forma burguesa de producción se encuben las premisas
de transición hacia la “sociedad” sin trabajo, sin clases –“… sería una sociedad humana sin
conflicto,… una sociedad no de amigos, sino de hormigas…”, según el decir burgués: John
Horgan; “El fin de la ciencia”-, espiritual, heráldica: “sociedad” ilustrada, frugal, con Apolo
(el Dios romano de la luz), sin Eros, sin Baco, Cupido, Morfeo, pues, homo faber y homo
ludens se han anulado recíprocamente). El viejo ha puesto sus huellas en el mundo; el joven
las sigue y modifica la realidad recibida, y en el proceso: coloca su propia impronta, y en el
acto: se seniliza; al hacerlo: se encuentra en una posición, que es a la vez su realización, en
efecto: la evidencia de su capacidad real, pero al mismo tiempo es su final y el punto de
partida para la nueva sangre, la que debe realizar su verdad en medio de un acto prolongado
de acciones en cadena, que se acumulan en forma progresiva y que engrandecen al mundo.
Empero, del mismo modo como el viejo revive la etapa de sus años mozos en la expectación
del paso, de los sucesos a cargo de la juventud presente (a la cual añora), el joven: ¿no se
siente vivamente impresionado por la serenidad y circunspección de la vejez (momento
liberado del trabajo, dedicado por entero al pensamiento y a los periplos por el “espacio”),
fase a la que tiene que llegar, puesto que en ella se representa su devenir? 1065 . No obstante,
1064 También el arte deplorable mata paulatinamente al espíritu; de modo que no solamente la Religión es el
opio del pueblo. Esta forma de tormento tiene efecto parecido a la Estricnina: fulmina la visión de la razón, se
vuelve innoble vehículo de la más grande de las miserias espirituales; es el caso también en Ecuador de
Segundo Rosero, o de los Valses en el Perú.
1065 Esta realidad, constituye el sino necesario de todos los pueblos del planeta, incluso de aquellos más
bárbaros, que abogan por la “unidad en la diversidad”, esto es, por instaurar (o alargar) una vía paralela a la
clásica capitalista de desenvolvimiento formal humano. “Una nación puede y debe aprender de otra... El país
industrialmente más desarrollado no hace más que mostrar al menos desarrollado el cuadro de su propio
porvenir” (Marx). En efecto, parece abominable, pero mientras más se desestructuran los modos vernáculos de
reproducción humana particulares, enclavados, autárquicos, la historia –sea por caminos bastardos y
criminales de la imposición de culturas que arrasan con otras- acelera la formación de una sola humanidad
homogénea; y eso, en oposición de quienes son afectos a las “diversidades”, es apropiado para la humanidad
–y es también una determinación- (curiosamente, quienes son partidarios de un “nuevo orden económico
mundial democrático”, proscriben la realización de dicho interés en el campo etnológico). Esta, no constituye
una simple recusación, declaración o deseo; adviértase cómo la algazara que actualmente se levanta sobre los
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