Bajar documento - La nueva concepción de la historia

historia y memoria. Historia: sucesos encadenados en el marco de la progresividad del
movimiento de las fuerzas productivas; memoria: registro documental o vivo de esa episódica.
En la primera, los hechos se ontologizan o se trasforman; la segunda asume el carácter de
registro o es golpeada por la amnesia. También la memoria puede ser vista a través del prisma
de la Economía Política: el “poder” falsea los hechos, produce discursos interesados y los
inocula en la subjetividad colectiva; además, el “poder” induce el olvido selectivo en el
pueblo. Memoria falsa: conciencia estructurada básicamente por los discursos equívocos
decantados por la dominación en torno de los hechos reales, sobre la historia (versión del
“poder”); se debe, por tanto, reescribir la historia y refrescar siempre la memoria.
A la flexibilidad liberal abierta para la economía soviética, se sumó el cambio de
control de los órganos de dirección a favor de los burócratas y en desmedro de los obreros; la
alteración del “modelo”, se sustentó en el diagnóstico forjado sobre la crisis, lo que dio pábulo
al planteamiento de políticas liberales tempranamente a finales de la década de los 60 del
siglo XX apelando a la conducta de Lenin cuando la NEP (ésta, era una medida necesaria en
la circunstancia, para superar la recesión, precisamente derivada de la teorización política
expuesta en la obra “Un paso adelante dos pasos atrás”). En torno de la situación de
conmoción transicional pre-89, si la burguesía mundial consideraba, que ésta se signaba por el
fracaso del socialismo, rusos y aliados mantenían la tesis de que la crisis, que experimentó su
sistema inmediatamente antes de los episodios de su derrumbe, era momentánea: crisis de un
modelo cuartelario, burocrático, de planificación centralizada, cuyos efectos podían ser
superados con la aplicación del modelo de la Perestroika 1465 . No obstante, ésta, en realidad,
constituyó el producto estratégico del proceso de racionalización ideológica, sobre la primera
gran crisis general capitalista que experimentara la otrora gran Unión Soviética, que
propendía adecuar la institucionalidad y conciencia a la nueva forma burguesa de producción,
pragmatizable en el plano legitimador inherente a los devaneos de la Glasnost.
El desafuero de los Koljoz (granjas productivas de cooperación privadas) recurrió al
uso de obreros perceptores de salarios (los cuales fueron perdiendo paralelamente peso en la
conformación de las estructuras directivas del Partido y del “Estado”), cuyas mercancías han
seguido el secular destino: los mercados internos y externos, en medio del desarrollo de un
proceso liberal de ventajas comparativas, de competencia, de acumulación de capital, de
valorización y de reproducción ampliada (en realidad, se pasó de la planificación a la
programación, el modelo Stajanov se conmutó por “los estímulos salariales… la libre
utilización interna de fuerza de trabajo por los directivos de las empresas y la introducción del
trabajo a destajo”: “la introducción del lucro y de los incentivos materiales como criterios
reguladores” condujo a dónde debía: a la reinstauración del sistema capitalista, que hace poco
había sido desechado). En fase de posmodernidad en dicha zona., los bancos han penetrado en
la ex URSS en busca de utilidades; otras transnacionales se hallan enfrascadas en la
explotación de los obreros soviéticos; los gobiernos de Jruschov-Gorbachov han permitido la
explotación foránea de su pueblo; frente a su fracaso, han diseñado estrategias de
reemergencia capitalista y de inserción en el mercado internacional para aprovecharse del
intercambio desigual con las colonias, para captar el excedente externo producido por el
proletariado mundial. Este Bloque ha entrado a formar parte de la disputa geopolítica mundial
con Estados Unidos, Inglaterra y el Japón, poniendo en peligro la paz mundial (Guerra Fría);
ha asimilado el circo burgués de las elecciones en orden del recambio procapitalista de
testaferros en la gerencia del Estado burgués; en suma: perdieron la “moral comunista”, aún
antes de su caída.
Las premisas sostenidas por parte de cierto sector de estudiosos sobre el fenómeno
soviético, en referencia a que jamás el socialismo fue realidad en la ex URSS, que con Stalin
la burocracia emerge, se consolida y se toma la dirección del proceso, se constituyen en punto
de partida epistemológico que da pie para captar teóricamente los episodios insertos en tal
experiencia con las categorías de “acumulación primitiva socialista” y “acumulación
ampliada” (ampliación de la base de reproducción), prelación del departamento II sobre el I,
industria de consumo de masas, etc. Generalmente el tipo de pensamiento referido, desestima
la guerra en su condición de variable exógena de crucial efecto sobre la evolución del
“modelo puro” socialista; dicho vacío intencional, ha desembocado como derivación lógica en
1465
Ahora bien, si un grupo humano (dígase: Cuba) se encuentra con vida y realizándola con específicos valores
de evaluación, su proceso no puede ser visto como “fracaso histórico”; es una maliciosa, visceral e interesada
forma de opinar la que procede de ese modo.
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