Bajar documento - La nueva concepción de la historia

preocupación última del ser humano, es llegar a ser la “causa autoproducida de las causas”,
posponiendo las preocupaciones preliminares: mítico-religiosas, del placer, de dominación. Si
se entiende bien el hecho (si se lo pone de pie; y, este es el único diálogo posible con la
Religión), Cristo fue el primero en plantearse la naturaleza “divina” del ser humano (allí
radica la grandeza de su “premonición”) al anotar: “mi Reino no es de este mundo”; en efecto,
si el reino del ser humano no es el animal (lo rebasó, lo superó), tampoco es tan sólo el mundo
racional: éste debe ponerse como reto alcanzar la supraracionalidad (la inteligencia es la
potencia que le llevará hacia dicho nivel); también Cristo (a más de enunciar el objetivo final
para la especie) puso el camino y la práctica a desplegarse hacia él: la vida frugal,
disciplinada, sin vicios, el estudio, el sacrificio, sin pecado 110 .
Uno de los pensamientos, por tanto, que se ha esforzado por explicar la realidad es el
posmoderno; pero el posmodernismo filosófico-sociológico (populismo ideológico) es falso:
“de falsedad absoluta” 111 . El ser humano, a objeto de intervenir en la continuidad de su vida,
necesariamente se halla perurgido de desarrollarse; para el efecto edifica el mundo material,
organiza sistemas, produce pensamiento (modelos de desarrollo: aprendizaje/soluciones
acumulados). Al llegar a una etapa de su desarrollo, para el capitalismo “todo lo sólido se
desvanece” (Marx-Engels); sin embargo, dicha regularidad no opera sobre la humanidad y su
destino. El solo conocimiento, no es fuente de riqueza; por el contrario, es el trabajo, que
produce ese conocimiento y, sobre todo: el que lo utiliza productivamente, el que crea
“valor”. No es que “el que tiene conocimiento tiene poder”; de ser así, la persona que escribe
estas líneas podría ser uno entre tantos que estaría dominando el mundo (ese es uno de los
tantos embustes del pensamiento, por ejemplo: de la “complejidad” cegarra de Morin). La
época industrial: no ha pasado ni pasará, puesto que las necesidades de reproducción humana
están allí, sea que se las satisfaga con trabajo humano, como con el maquinizado; la
micronización ha reducido el tamaño del complejo industrial, pero no lo ha eliminado. El
indicador del desarrollo sigue siendo la “productividad del trabajo” (el posmodernismo es un
pensamiento aparente). El capitalismo, si bien continua “haciendo lo mismo (obtiene siempre
lo mismo” -Einstein), mas dicho sistema –por ahora- ya no produce lo mismo. Las ideologías
chuchaque, este torpe tambaleo es el vértigo que ejerce la impresión sobre el claro/oscuro de la resaca, de la
forma natural y racional que se halla frente, en la que el iluminismo de nuevo cuño viene a instalarse a plenitud
en el seno de la renovada forma humana: si el iluminismo positivista fue expresión y promovió el relance de la
ciencia y de la técnica edulcorantes de la utilidad privada, el neoiluminismo lo hace en la determinación de la
racionalidad axiológica espiritual.
110
Su ejemplo no ha sido seguido ni siquiera por los predicadores de su palabra: todos miran hacia atrás, hacia el
hedonismo: la supremacía del cerebro derecho, miles de “estatuas de cera”, muy pocos Lots bíblicos. El ser
humano de hoy, no solamente que ha heredado las condiciones materiales plasmadas sobre las cuales organiza su
existencia, sino que se mantiene esclavo de la conciencia anterior, de la tradición impuesta por las generaciones
pasadas, viejas y del poder, so pretexto de sostener la identidad. Es difícil sacudirse de esas amarras: no es
posible siquiera darse cuenta de la existencia de viejas cadenas que atenazan el espíritu, las cuales operan como
coacción de un orden natural que impide la desbandada y conduce la efectividad del grupo en ausencia del marco
colectivo necesario (la religión emergió en específicas condiciones históricas, para jugar un papel necesario en
ella; con el surgimiento de determinadas condiciones, ésta debe desaparecer, en coherencia con las nuevas
necesidades). Según se explica, la Religión es la forma institucionalizada encargada de mantener el software
inveterado en las nuevas mentes (hardware), merced a la ritualidad dramática del show recursivo en el que se
repiten en estricto reparto en el “tiempo” las escenas del pasado. En el cristianismo, la religión más formalizada,
el drama es representado como el hecho tangible y natural expresión de la identidad de un grupo sin
contaminación de perspectivas y de la política; detrás de este ingenuo y neutral proceder colectivo, está su
función y su efectuación de designios concretos para beneficio de seres de carne y hueso: la manipulación
efectiva de la masa por sobre sus diferencias, amparándose en el ser que queda atrás de la naturaleza actual, que
ha sido opacada. La circunstancia citada se produce en el presente, lo cual es una pena, pues, la inteligencia de
hoy tiene mucha ventaja respecto de la del pasado; lo paradójico es que esa superioridad ha sido propiciada por
el despliegue del atributo realizado.
111
Condensado del parroxista pensamiento subjetivista-abstraccionista cuestionador del “reduccionismo
clasista”, que centra, luego, su reflexión en las determinaciones sistémicas y no en las “determinaciones
clasistas”; strictu sensu: para dicho sector no existe el nivel de las relaciones de producción, sino las relaciones
político-ideológicas de dominación. La posmodernista, es la peor forma de pensamiento: es la obviedad, la
simple sistematización de la evidencia; en ese sentido, es un tipo de irracionalidad, y de irracionalidad, que no
está en los hechos ni en los sujetos de la cotidianidad, sino en la mente de sus doctos sistematizadores. Ahora
bien, como nadie (casi nadie) reconoce las “nueva” fase a la que ha ingresado la humanidad, la que ha
modificado el status de la clásica fase imperialista leninista sin dejar de ser su continuidad, y los procesos a
través de los cuales ella (la “fase”: la transición) se realiza, todo el pensamiento y la acción se han vuelto
populistas; pues, para dejar de serlo, tendrían que entender, aceptar y conscientemente actuar de acuerdo a la
nueva determinación, esto es, que la realidad ha cambiado y que necesita ser reconocida con nuevas ideas.
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