Bajar documento - La nueva concepción de la historia

despertándolo, modificando la imagen simbólica de la unidad productiva capitalista, creando
un mundo diferente en la cabeza del neoobrero. Este cambio, no es efecto de la necesidad,
sino que es la determinación la que está de por medio: para sobrevivir la empresa debe
competir y el aprovechamiento más eficiente de la conciencia y la esfera de los valores del
trabajador, mejoran el producto. Si bien en la microesfera de las relaciones sociales, la
correlación de fuerzas y la dimensión impersonal son vectores que dan cuenta de la resultante
del proceso tensional entre poderes, en el plano macrosocial, en cambio, la balanza se inclina
hacia la clase y al poder como instrumento amplio de dominación. El control a través de la
tecnología satelital y el Internet, de la conducta disciplinada y el feed back para alinear
comportamientos predecibles mediante la clásica pareja de “premios y castigos” (garrote y
zanahoria), son los instrumentos: “países del mal”, enfrentan la guerra preventiva, y sólo la
crisis económica puede poner freno a tal desate criminal.
La información no debiera ser actividad empresarial (lo dijo Marx en la Gaceta
Renana), por principio; la empresa privada es la organización particular de la que se sirve el
capital para realizar exclusivo propósito: valorizarse. Si la información no es una mercancía
(el público no paga para tener acceso a ella), la actividad ligada a su desarrollo no rinde
beneficio, por tanto, no interesa al capitalista. ¿Por qué, luego, el capital se halla “mal”
ubicado en dicha área? Con la información (noticiero, entretenimiento) se concita la atención
del público con lo cual aparece la opción de negocio en triple sentido: 1) venta de spots
publicitarios (negocio), 2) formar la subjetividad colectiva (caso de la emisora HCJB en
Ecuador) y 3) induce comportamientos: “emisión de directrices ideológicas que influyen en la
forma de ver el mundo, de juzgar los hechos, de intervenir en él” (desinformación,
alineamientos equívocos: CNN, BBC,…). La información debería ser materia exclusiva del
Estado (del Gobierno), incluso si éste fuese contrario a los intereses del colectivo como
normalmente sucede en Occidente, ya que en él se hallan ubicados los representantes del
capital y lo utilizan como aparato ideológico (formar la conciencia con la ideología del poder,
movilizar a la población en favor de sus intereses y desorganizar a los sectores contrarios al
poder, difamándoles –caso de las FARC en Colombia, Gadhafi en Libia, Chávez en
Venezuela). No obstante, las TIC, Internet son auténticos “medios de comunicación”, en la
medida en que constituye un eficaz instrumental de relación intersubjetiva: “el ciudadano ha
dejado de ser un simple consumidor de información, para transformarse en directo productor
diario de ella”. Si bien en una primera etapa se degrada el rigor del dato, en virtud de este
“empoderamiento”; cuando el parecer general de la población se cubre de objetividad, el
simple rumor asume carácter de racionalidad. La necesidad histórica en medio de la cual se
forma la subjetividad colectiva, en forma futura se determina también de este modo: las redes
sociales constituyen el nuevo “macropoder” contradisciplinario, contracontrolador,
contrahegemónico, que desmonta la eficacia de la instancia ideológica coadyuvante en la
reproducción del poder, y el tradicional sectarismo de clase de los mass media, cae en
desgracia: finalmente se instaura la efectiva y plural “libertad de expresión”. Dicho sea de
paso, la Universidad (principal aparato ideológico-institucional suplementario en la política de
disciplinamiento y fundamental en la formación del “recurso humano” calificado) también
decesa, y todas las entidades integrantes de la red de disciplinamiento zozobran; y, termina la
consensuada, legitimada y formalizada tarea de disciplinamiento de la población a través de
los cuales el “poder moderno produce individuos gobernables” (dixit M. Foucault).
El capital tiende a hacerse con el consenso activo de la población, puesto que requiere
de esta mediación necesaria para el proceso de su reproducción; para el efecto, apela a la
consolidación de los “aparatos privados de la hegemonía” (sus “trincheras”); pero éstos –a
medida que el “tiempo” discurre- 971 , salen cada vez más de la esfera de su control y
progresivamente se autonomizan y asumen principios organizacionales contrahegemónicos
(preocupaciones antibélicas, antidominantes, ambientalistas, sobre los derechos humanos,…),
que recusan al sistema y a su “clase fundamental”. En las neocolonias, esta disidencia (la cual
971
Debe decirse: que la realidad se mueve; pues, en ésta, solamente existe materia y movimiento -dicho sea de
paso, “materia y movimiento eternos”: es el principio de la edificación lógica de todo saber; al mismo deben
corresponder todos los desarrollos teóricos, para tener sentido objetivo-; el movimiento es el despliegue de la
materia, el cual lo capta la mente según la noción de tiempo; el “roce”, la acción recíproca de los cuerpos,
implica la influencia mutua a través de la puesta en contacto de sus propiedades –información- su efecto
ulterior son los procesos de transformación y desarrollo, mediante la generación espontánea de leyes y de su
operación.
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