Bajar documento - La nueva concepción de la historia

las que hacen la historia, que las ideas son las que construyen la realidad, las que mueven al
mundo? 193 . ¿Qué esperan, luego? Personajes que día a día dan vida a ideologías muertas
(como el cristianismo, tanto de raigambre ortodoxa como de la luterana); de esas formas
primarias de concebir los hechos, que fueron necesarias y justificables (como lo fue la
estratificación estamental de la horda) a la hora de intervenir en la formación del marco de
cohesión y eficiencia de los fundamentales grupos humanos en una fase primitiva muy
concreta de la progresión humana, pero que hoy deben ser desterradas de un “solo tajo” de la
conciencia y de la conducta (como ya ha ocurrido en la cabeza de ciertos integrantes del
agraviado “subdesarrollo”), puesto que paradójicamente todavía reinan en la mente de
determinado segmento componente de las actuales generaciones de la Europa Nórdica, de
quienes se sienten superiores.
En ese marco, ha llegado la hora de saldar cuentas también con detractores,
impugnadores o enemigos gratuitos del marxismo; es el momento de exponer la verdad
particularmente sobre el neogramscismo, el neomarxismo y el posmarxismo: hacerse alusión
al quid del equívoco de estos “relatos”. Las citadas corrientes panpolitológicas se hallan
penetradas de un “lugar común”: el funcionalismo subjetivista, voluntarista, abstraccionista.
No se desconoce que los susodichos, no sean discursos hermosos, estilizados, profundos,
complejos; los mismos, incluso convencen por su coherencia, ilación y conformidad con la
realidad en lo concerniente con la parte exterior de ella: el nivel administrativo y la praxis
“política” correspondiente 194 . Sus formatos, además, inducen la tendencia de aceptación del
contenido del discurso, puesto que no queda al descubierto en ellos o muy bien esconden su
falla estructural. Luego, parecería que los relatos en cuestión se hallan muy bien acabados
(Gramsci, Habermas, Lechner, Boladeras) y que sobre ellos no hay nada más que decir o
retomar. Pero, la trampa: la ausencia de un tramo fundamental de la realidad en la estructura
categorial de las alocuciones referidas, vela el verdadero modo de ser de la realidad social
contemporánea. La prueba de que en dichas reflexiones (paradigma intersubjetivo de la Teoría
de la Acción Comunicativa), la realidad está amputada, es la inefectividad práctica que hasta
ahora arroja la real politik de ellas desprendida. Ni siquiera en los países europeos (zona
últimamente asolada por la crisis producto de la aplicación de políticas económicas de
inspiración en las creencias neoclásicas), en Japón, o en EU, la acción política transformadora
con sello de la conjetura citada, han dado resultado: la crisis económica arrasa al mundo
“desarrollado”; ésta ha sido descargada sobre los hombros de la población, la cual ha
reaccionado según la común usanza conductual y se ha hecho merecedora a la más cruenta
represión, hechos que de consuno niegan el ejercicio de conductas que deberían desprenderse
de las tesis de la racionalidad moral, el diálogo intersubjetivo, las instituciones políticas
transformadas en ámbito público de discusión, discernimiento y consenso, según dice la
teoría. Más bien, EU interviene militarmente en el mundo con el manido argumento del
combate a las drogas, al terrorismo y de velar por el imperio de la libertad y la democracia,
pero realmente lo hace por razones imperialistas de disputa y saqueo de zonas de influencia.
No es un mundo ilustrado de amplia democracia participativa: de mayoría incluyente,
en el que la discusión, el discernimiento, el consenso mediatizado por los principios de la
moral, de la moralidad pública y la justicia social, llevado al interior de las instituciones
políticas (convertidas en estructuras de interacción social), en ejercicio de relaciones
discursivas argumentativas, interdialógicas e intersubjetivas sea la constante, sino la lucha
desesperada de los “Indignados” y la represión oficial por parte de la intervención de los
clásicos aparatos estatales del monopolio de la violencia, al servicio de sector financiero
hegemónico en crisis. El vacío discursivo, que le vuelve inocuo al sistema de percepciones en
referencia, alude a defectos epistemológicos: ausencia de un verdadero análisis científico con
las categorías materialistas dialécticas de “determinación” (la relación con dominante entre las
fuerzas productivas y las relaciones de producción; el proceso económico), “necesidad
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No obstante, la paradoja está siempre presente: el poder “triunfador” en el mundo se esfuerza a través de
terceros: de los managers (de la capa social que piensa y gestiona, con lo cual se hace de una fracción de la
plusvalía, merced a la cual vive).
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Es un discurso brillante; pero cuando se capta que el mismo se desentiende de la parte central de la
problemática (la economía y la progresividad de la historia) y se centra tan sólo en las ramas (la dimensión ética,
la “cultural” y la política en sentido administrativo), inmediatamente se pierde el interés sobre él. No obstante,
esta parafernalia tiene sentido a futuro, no por su bondad inherente, sino por cuanto el avance en el progreso de
las fuerzas productivas materiales y la gesta proletaria han creado las condiciones para que sus prescripciones
cuajen.
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