Bajar documento - La nueva concepción de la historia

de elaboración de la sentencia incriminatoria, rescatar el aspecto civilizatorio del positivismotecnocrático.
Enrico Poli: un señor italiano radicado en el Perú, ha coleccionado varias piezas
arqueológicas precolombinas, cuadros coloniales, armarios, cajas y otros artefactos de madera
de elaboración aborigen, en los que se presentaban representaciones del tipo geroglifos, sobre
los cuales dice que deben ser “leídos” para alcanzar su sentido, puesto que se trataba de la
escritura de la cosmovisión, en la que –de modo sincrético- estaba negada la ideología
religiosa de Occidente y se afirmaba la idea inca de la conexión entre ser humano y
naturaleza, y la razón de su ser en este sistema: ser humano, naturaleza, Cosmos. La tierra da
todo (ser humano-boca), los organismo reproductivos procrean –aparato reproductivo-
(sostienen a su madre) y el “recto” conecta (cuando se defeca) al ser humano con la tierra: ese
el ciclo eterno en unicidad Madre tierra-ser humano y animal. Se interpreta el hecho, como la
exposición de la idea de que en el planeta todo fecunda, todo ser sólo fecunda perpetuando la
vida y el orden del entorno; luego, si no ocurriese la fecundación permanente, la tierra
desaparecería; y, ese es un aspecto central de la cosmovisión india y negra.
Ahora bien, ese sino instrumental, fatal, que rebaja a la condición de “marioneta” al ser
humano, debe ser roto y la “raza blanca” greco-europea, por fortuna se ha plateado rebasarla,
junto con la pobre concepción que le es inherente, elocuente ejemplo de ejercicio mental de
sentido común, propio de la Filosofía Oriental, a través de la imposición de la idea de
“trascendencia” aunque ella esté concebida en términos deístas (Carl Sagan es el único que lo
ha hecho –después de Marx, desde luego- en términos materialistas con la referencia:
“materia cósmica que tomó la decisión de dirigir su propio destino”). Precisamente, esa
relación originaria, animal, simple, arcaica, debe cambiar el ser humano (y lo ha hecho –que
pena- Occidente; no obstante, el señor Poli, tal como es el parecer en personajes de este tipo,
minimiza el colosal esfuerzo históricamente realizado por Occidente incurso en la
simbolización idiomática –el alfabeto- y, además, pone al saber Oriental, ya no en el mismo
plano, sino sobre el saber Occidental); este ser tiene que diferenciarse de la naturaleza: romper
el cordón umbilical con su Madre: la naturaleza, debe conocerla, hacerla “para sí” y demostrar
que la misma naturaleza se expresa en grado superior en el desarrollo y distanciamiento de
ella, del ser humano. En el plano del pensamiento de modo análogo se han destacado
buscadores de proezas alcanzadas por los pueblos sobre todo precolombinos, en el marco de
proyectos de investigación sobre “desarrollo comparado”; el racismo europeo y
estadounidense, así como el colosal desarrollo tecnológico nipón, puede asumirse como los
factores impulsores hacia buscar hechos y saberes que rescaten el valor de la personalidad de
dichos pueblos, en la marco de sendos y reiterados estudios aplicados sobre la fase infante de
dicha zona social.
Otro esfuerzo por reivindicar “lo nuestro” lo hacen los ingenieros ecuatorianos:
Marcos Guerrero y José Murgeyto, con la publicación de un primer documento intitulado: “La
verdadera historia del tiempo”, en el cual se rescata otros aspectos de la cosmovisión andina
precolombina, haciendo hincapié (en un segundo libro titulado: Los dos máximos sistemas) en
el saber matemático. Se trata de una argumentación en contra de Hawking, partiendo por lo
menos de dos supuestos: 1) que los pueblos precolombinos se adelantaron a plantear ideas,
que luego con pompa lo hiciera el cosmólogo inglés en su libro “Breve historia del tiempo” (y
en otros); y, 2) que mientras el anglosajón usa la noción de tiempo en sentido lineal, el señor
ingeniero Guerrero considera que los pueblos precolombinos lo hicieron en sentido vertical,
ascendente (con lo cual superan al criterio Oriental del Yin y el Yang, del Alfa y Omega, en
su relación simplemente circular, plana), lo que –según él- es correcto. Aduce también, que la
idea de linealidad horizontal (reflejo en la mente de las planicies mediterráneas, asiáticas y
africanas), lleva a la explicación “neobarroca” del presente partiendo del pasado 1760 ; mientras
que la visión horizontal (reflejo de la topografía de montañas, de pisos altitudinales, de nichos
ecológicos piramidales –pirámides escalonadas, según la geometría fractal), explica el
proceso partiendo del presente. Para efecto de su propósito, por otra parte, la persona referida,
utiliza como medio las funciones relacionadas con la tridimensionalidad elíptica: f(X)=N,
1760
“El término ´neobarroco´ fue introducido por vez primera por Omar Calabrese, quien sostiene que existen
formas sociales ´fractales´, es decir, procesos similares a los descritos en las ciencias físicas y matemáticas,
para designar fenómenos irregulares, fragmentados y que no pueden ser reducidos a formas enteras o
sencillas” (Arriarán, Samuel. Filosofía de la posmodernidad: crítica de la Modernidad desde América Latina;
México, 1996).
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