Bajar documento - La nueva concepción de la historia

En sectores de la “derecha” se advierte, de todos modos, intentos, esbozos de
entendimiento en penumbra de la circunstancia, en vista de que se habla profusamente de
“cambio de época”, de “cambio civilizatorio”, etc., pero jamás de cambio de “formación
social” (muy a pesar de que la vanguardia intelectual del poder mundial conoce perfecta,
detalladamente lo que ocurre –en indicadores de la noción sobre la “nueva era” se resume este
punto de mira-; no obstante, su percepción lo mantiene en el anonimato), puesto que su
limitación de clase le impide reflexionar a nivel de la matriz económica –el comportamiento
del movimiento de las fuerzas productivas-, dimensión en la única en la que es posible
encontrar los supuestos que establezcan una verdadera interpretación (en las simulaciones, en
los escenarios prospectivos de los gringos, en la medida en que no se advierten las
determinaciones radicales del cambio o la conciencia de ellas, estos trabajos conducen a la
voluntad a ejecutar el programa que detiene el movimiento de la rueda de la historia, hasta
cuando se pueda) 1612 . El sistema burgués de vida representa un moribundo (tiene cáncer
terminal), que produce todas estas imágenes mentales, debido a que se encuentra ahí, en la
medida en que al no decesar del todo, mantiene vigente la esperanza de una muy posible
recuperación en la mente de sus deudos: sus beneficiarios.
Mientras menos monopólica es la conformación del mercado burgués, más rápida y
eficientemente se recupera de sus fases críticas; tanto más concentrada y centralizada se halle
la estructura de capital, su convalecencia es lenta, traumática, prolongada; de igual modo, la
eficacia de la acción de las clases a favor (conservadora) y en contra (revolucionaria), alternan
sus posibilidades. Ahora bien, dicho sea de modo incidental, esta aseveración: ¿espera de
demostración empírica?; o, por el contrario: ¿es ella el resultado de su demostración? Esta
constatación, esta ilustración, esta verificación, se hallan plenamente dadas en la teoría de los
ciclos económicos de diverso signo ideológico y conceptual, mientras que la misma es
evidente en la realidad; pero también lo es, en el comportamiento de sistemas orgánicos, que
tienen similitud de estructura y movimiento: más volumen de trabajo muerto se requiere para
impedir, que el rendimiento empresarial frene su tendencia a la caída, no obstante, el
incremento del capital constante hace caer la tasa de ganancia (como a un viejo se le debe
administrar cuidados adicionales, en la asistencia en su deceso –pero para advertir la vejez y
la insuficiencia del organismo, no se necesita de indicadores que vuelvan racional la realidad;
la evidencia, en este caso, autoatribuye su esencia). Todo proceso envejece, se agota, pierde
“energía”, se desorganiza; aquellos sistemas autorregulados, que detentan dirección
consciente, retroalimentan el ciclo, pero cada vez se necesita más “energía”, puesto que la
inmunización es rebasada por un nuevo ciclo de crisis: las autodefensas caen y los agentes
patológicos vuelven más recurrente y fácil la infección. El despojo capitalista, no obstante,
herido de muerte, produjo los efectos coadyuvantes en la destrucción del socialismo y
determinantes en la salida del socialimperialismo en su momento, tanto como para la
detracción de la escena, del “trabajo” obrero; también ha convertido a la mayoría de
integrantes de la otrora “vanguardia revolucionaria” en “arrastrados buscavidas”, folklóricos
del ecologismo, de los movimientos de los derechos humanos y de las agremiaciones étnicas,
entre otros.
En el decurso de la sociedad puesta ante la mirada, se produce una especie de retorno
general del género a las formas de existencia –en el nivel de las relaciones sociales y de las
figuraciones espirituales (insólita emergencia de la cosmovisión Oriental intuitivototalizante)-
primigenias, anteriores, parangonadas con la forma de intelección comunitaria
profesa como propósito vital la acumulación de riqueza –para aquel que evoluciona prisionero de las leyes del
capital-, la concreción de su existencia se produce en el interior del despliegue de un proceso de creciente
atesoramiento de bienes materiales y de efectivización de satisfacciones sensuales; pero para una persona de
pensamiento herético: ¿qué respecto del estado racional, que le impide formularse objetivos fuera de este
mundo, afincar su ser en la búsqueda de la simple riqueza material o interiorizar un lacónico sentido
preracional para la vida? La dirección de la vida, en este último caso, deviene de la apropiación de la posición
filosófica más racional existente: su vinculación absoluta en el torrente transformador de la estructura
irracional del preconcepto humano, a la manera de Nikolai Ostrovski (Así se templó el acero); Diego Delgado
dice, parafraseando a algún sabio: "al ser humano no le queda más que tres opciones en su vida en la coyuntura
actual: hacerse cura, convertirse en ebrio o enarbolar la bandera de la revolución" (la cuarta y verdadera
opción es aferrarse a acceder al conocimiento).
1612
En verdad, en la trayectoria humana se evidencia cómo la especie reitera episodios de su existencia
transcurrida; esta “repetición”, no obstante, tiene lugar en condiciones distintas al cuadro de su configuración
precedente; por tanto, conforme a este argumento, es del todo absurdo sostener, que el desconocimiento de la
historia condena a los pueblos a repetir errores.
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