Bajar documento - La nueva concepción de la historia

De lo que puedo entender, Penrose, Guth, Sagan, Erazo, formulan bien el concepto
cosmológico-filosófico del Universo, sobre todo en lo que tiene que ver con su proceso
evolutivo y en torno de la razón y valía del ser humano en el Cosmos; pero, por ejemplo, R.
Penrose desmerita su esfuerzo y genialidad cuando recurre a explicar la materia cerebral y la
conciencia por un frente y camino impropios: la Física, la Química y sus métodos. A los
científicos de la rama de las Ciencias Naturales, siempre les ha resultado difícil aceptar el
carácter de cientificidad de las Ciencias Sociales debido a su índole no matematizable o
porque –según ellos- éstas son ideográficas mas no nomotéticas, por lo que casi nunca las han
tomado en cuenta, y cuando lo han hecho, han caído en la concepción burguesa idealista de
las mismas. No se puede entender el cerebro humano y la conciencia, si no se recurre a la
Sociología, a la Historia, esto es, a las Ciencias Sociales y Humanas. El asunto se vuelve
atolladero altamente contraproducente, cuando el señor Físico teórico Penrose, construye su
fundamento con base en las dimensiones: matemática, física y psíquica; arguye que estos tres
aspectos alcanzan unidad a través de la acción del ser humano, dejando de lado el hecho de
que el ser humano es la “psiquis” y el que matematiza. Además, en lugar de horadar en la
Ciencias Sociales, se sesga más cuando va hacia el frente de la Mecánica Cuántica (no debe
omitirse el hecho, sin embargo, de que la conciencia históricamente pone orden en la
incertidumbre subatómica). Por fin, es verdad que se tiene que llegar a encontrar el
fundamento físico-químico de la conciencia en tanto “abstracción inicial” banal del proceso,
puesto que formalmente ésta constituye operaciones a nivel subatómico, enzimático,
nucleótido y hormonal (finalmente, orgánico, social e histórico); no obstante, se insiste: su
comprensión no va por dicho camino, dado que la esfera colectiva, social, pone su definición.
Ya que ha traído a colación los nombres de los sobresalientes físicos Penrose, Guth,
Sagan; permítame que hable algo sobre su propuesta cosmológica en el marco de una
formulación exegética de ella y que la desarrolle con ideas personales, antes de abordar el
tema de la conciencia. Si el ser humano tiene como función demostrar la optimidad del
Universo viable, en esta tesis se personaliza al Universo y se despersonaliza al ser humano,
puesto que al género se lo vuelve marioneta del Universo mecánico, mientras que a este
último se le dota de racionalidad conductora. Aún cuestionando este deslizamiento lógico, hay
que avanzar sobre esta proposición, que en términos generales es correcta, puesto que es la
concepción, que más lejos va en la perspectiva teórica de comprensión del Universo, del ser
humano, en el plano real. Al respecto se ha dicho que “Con ello, no sólo San Agustín, sino la
patrística en su conjunto, dona al mundo la idea de la Historia como trayectoria hacia delante,
idea extraña para el mundo pagano. Hasta Hegel y Marx son deudores de esta idea
fundamental, como lo será Teilhard de Chardin” (expresiones de Humberto Eco en el libro
“¿En qué creen los que no creen?). Eco dice que Marx fue influenciado; pero: ¿fue
influenciado o buscó siempre reproducir idealmente tal cual es la realidad? (el criterio de
Marx respecto del conocimiento en rigurosamente objetivista; y logró su cometido en los
términos en que el tratamiento del “objeto” y la extensión de su vida lo permitieron). De todos
modos, si los citados cosmólogos llegan hasta ahí con la mirada, el desarrollo de esta idea
conduce a sostener, que, en efecto: si el ser humano valida la optimidad del Universo viable,
éste (el ser humano) debe proceder también a validarse a sí mismo: 1) crear la conciencia
(producir el “retrato hablado del Universo”), 2) liberarse de las ataduras de las
determinaciones de la materia, 3) ponerse al frente del gobierno de la materia (transformarse
en Dios) y, 4) de su designio depende el curso, que debe seguir el Universo: o se mantiene
como “Señor del Universo” por los siglos de los siglos, o se autoanula dándose paso al
proceso Big Crunch, de modo que la materia sea la que es.
Para decir algo sensato sobre la conciencia, a más de recurrir a la Historia, a la
sociedad (y de la Sociología: a la Economía, que es la base del hecho social), a la Psicología y
a la Pedagogía, es necesario hacer uso de los conceptos hardware y software (y, naturalmente:
los de la Física, la Química, la Genética, la Biología y la Teoría general de Sistemas),
aspectos, varios de los cuales, rechaza Penrose. Escuche un ejercicio: la conciencia (software:
datos y métodos), es información (1.- conciencia social internalizada, y la que ha sido forjada
en el transcurso evolutivo de la humanidad por el propio cerebro del humano moderno; 2.-
representación individual del mundo y, 3.- autoconciencia –aspectos que, a su vez, forman
la personalidad propia, en un dado momento de la historia), que se asienta en los Enlaces de
Hidrógeno entre las Bases del ADN de las neuronas intermedias del sistema nervioso central
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