Bajar documento - La nueva concepción de la historia

talento, de creatividad, de productividad, de calidad, esquema con el cual se propende
suprimir la explotación del trabajo convirtiendo al capitalista en trabajador y al trabajador en
capitalista (al desposeído en jefe de sí mismo mediante el otorgamiento del llamado “capital
inicial”, del “capital semilla”, del tutoramiento del aparataje de promoción económica estatal
y de la regulación macroeconómica) con la formación de una comunidad de propietarios, al
encontrarse integrada esa estructura de producción por pequeños accionistas, cada uno de los
cuales trabaja, rota en la dirección del proceso, recibe una remuneración, participa de las
utilidades, las cuales las gasta o las reinvierte. Este es todo un sistema encadenado de
actividades productivas, de cambio y de consumo en el marco de la garantía alimentaria, que
pretende dar la “Revolución Ciudadana” de modo inmediato al subcontinente
latinoamericano, en su forma de concebir y practicar el neosocialismo (la ilusión de la
economía mercantil simple, como forma redentora de la humanidad, que la libera tanto del
capitalismo salvaje como de la autocracia socialista -sic). Naturalmente, se requiere de cierto
grado de autarquía y de conexión con el mundo para realizar esta obra; no obstante, el límite
de la visión todavía provinciana de la “geopolítica”, conduce a forjarse una imagen sobre la
“soberanía” como la “capacidad de un pueblo de plantearse su propio destino”, formulación
que es diferente a la que debe regir en la coyuntura en el frente de los anillos periféricos y
semiperiféricos, esto es, “soberanía”: entendida como la brega por incluirse, por participar y
por permitirse actuar proactivamente, con voz y voto, en el destino general de la humanidad.
En el escenario de la evocación, el proceso de apropiación cognoscitiva sobre la índole
del devenir humano dado en el transcurso del Siglo XX, muestra que las acciones intestinas
contra burguesas, las inherentes a la actuación recusatoria en torno del stablishment puestas en
práctica por sectores no proletarios de la esfera toda, principalmente los procesos político-legales
de los llamados "movimientos sociales" (la “revolución pacífica”, “democrática”,
“ciudadana”), jamás habrían ingresado al teatro de la historia, en tanto el proletariado no
hubiese librado la lucha fundamental contra el poder del capital (su cimera actuación
histórica, responde a: generación de la teoría científica de la transformación social; diseño
estratégico de las acciones en ruta; la práctica política, militar y constructiva -en verdad, como
a la realidad social, no es que se la “construye”, sino que se la “produce”, la estrategia
revolucionaria es “desproductiva”); Gigante, Titán histórico, que hizo frente a otro gigante: al
capitalista individual (la empresa) y colectivo (el Estado), lo hirió de muerte y decesó. La
etapa humana de la “febril acumulación”, en lo fundamental: ha concluido; el género vive los
estragos de una “época cambiada”, que se despliega; y el mérito respecto de este hecho –se
remarca-, en su entera dimensión, es propio de los trabajadores del planeta, quienes han
producido, en forma exclusiva, la inmensa riqueza (en términos de materia manufacturada) 396
con que a la fecha cuenta la humanidad (el nivel de acumulación alcanzado por la especie –en
la coyuntura- se sustantiva como presupuesto material de edificación de la nueva sociedad: la
“comunidad ´cibernética´”); en una palabra: el proceso político proletario revolucionario y el
socialista efectivamente pragmatizados, han conducido a que el capitalismo sea una realidad,
esencialmente devenida.
La forma escénica sociopolítica y el proceso de la somera referencia, conducen a
sostener, que las mismas en la historia se presentan como las circunstancias en el interior de
las que se supera la contradicción entre el trabajo físico y el intelectual en la coyuntura
temporal de la sociedad burguesa (en realidad: de la abstracción del trabajo en general;
determinación histórica ésta, asignadora de responsabilidades: la especialización, la cual ha
pasado a ser una técnica social clave para el desarrollo de la conciencia, permisiva del
aprovisionamiento material en colectivo por parte del propio ser humano, de la cual han
destruir para siempre esa modalidad de desempeño natural de la realidad: la “síntesis”, o sea, las clases y la lucha
de clases (la trabazón entre dos opuestos, en la que uno de ellos se halla en el pedestal y el otro desea –en este
caso- pulverizar el pedestal –la fuente del poder). Toda proceso de síntesis para autosustentarse debe contar con
hegemonía; en el presente es el poder del capital, dada la naturaleza dialéctica, antinómica, del conjunto humano
(sociedad), al que le cabe el honor; la realidad que emana de la lucha, sitúa al frente al vencedor: el sujeto
legítimo puesto por la historia en el pedestal, ubicado en el que se niega a sí mismo y derrumba el pedestal: el
comunismo. Solamente los movimientos socialdemócratas, crean las condiciones de tolerancia en torno de
realidades sobre las cuales han triunfado por vías democráticas, y en las que no es posible la síntesis superior.
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Riqueza espiritual a su vez, pues, la concepción científica justa de la realidad se perfila en el trabajo
intelectual de los grandes pesadores del proletariado mundial; riqueza científico-técnica además, por cuanto este
tipo de desarrollo ocurrió en la ex URSS y tiene lugar en Cuba, de manera particular: en el campo de la
educación, la medicina...; por fin, riqueza práctica: el ejercicio del desarrollo proporcional y planificado.
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