Bajar documento - La nueva concepción de la historia

4.1.3.- EL CURSO DE ACCIÓN BURGUESA: FASE EFÍMERA, PERJUDICIAL Y NECESARIA.
La forma “social” de la humanidad nació en el instante en el que el proceso de
producción mercantil simple se transformó en proceso de producción capitalista, o sea, en el
momento en el que se adquirió el derecho –por parte de unos individuos- al uso de la fuerza
de trabajo –de otros- a cambio de una remuneración temporal “en metálico”, es decir, cuando
el trabajo del ser humano se metamorfoseó también él en mercancía, pero especial: la única
generadora de “valor”, como efecto de la separación de los productores directos de los medios
de producción (de la tierra en el agro y de los instrumentos de trabajo en la ciudad) en la etapa
de acumulación primitiva (Marx: El Capital, tomo I). En verdad, es el comienzo: el punto de
partida del proceso por el cual se plasma –en adelante- “...el movimiento febrilmente juvenil
de la producción material...” (Marx: El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte).
En su condición de estructura orgánico-histórica, la forma mercantil capitalista de
reproducción humana debía alcanzar concreción etárea y espacial: arribar a la mayoría de
edad, cubrir todo el ámbito del globo (“Precisamente esa universalidad del capital frente a la
particularidad de la URSS fue la causa –sic- del triunfo del primero sobre la segunda en la
Guerra Fría” –A. Moreano: El Apocalipsis perpetuo) y cumplir su misión (según la
“concepción científica del desarrollo humano”, sin la presencia del capitalismo no es posible
el advenimiento del comunismo; si no hay juventud no puede haber madurez ni vejez, si no
tiene lugar el desarrollo de las fuerzas productivas hasta alcanzar el estado de automatización
absoluta: paso de la fase de “reproducción social” a la de la “reproducción robótica”: la
“tercera naturaleza” –nivel conquistado en el marco de relaciones competitivas y cruentas-, no
es posible que sea resuelta la contradicción entre los trabajos manual e intelectual (división
del trabajo) o, lo que es su similitud: no puede tornarse efectivo el proceso de superación de la
vigencia de la propiedad privada sobre los medios de producción hasta conseguir la supresión
del trabajo en general). En palabras del propio Marx: "Pero en cuanto la vida ha superado
cierto período de desarrollo, ha salido de una fase y ha entrado en otra, empieza a regirse
por otras leyes. La vida económica presenta en este caso un cuadro análogo al que
observamos en otras categorías de fenómenos biológicos..." (De las palabras finales a la
segunda edición del primer tomo de El Capital) 1602 . La historia muestra, que el capitalismo
debía cumplir su misión (el proletariado mismo es hechura del capital en la fase de la
acumulación originaria), caso contrario: ¡no podía haber historia; el ser humano se encuentra,
produce esta ley con su praxis progresiva; el proletariado debe sufrirlo, pero hasta un dado
momento: cuando ya está en condiciones, no sólo de seguir produciendo el progreso histórico,
sino que puede asumir su dirección; hasta cierto momento el capitalismo vale; luego, se torna
criminógeno innecesariamente: es la razón de su impugnación y de la revolución.
1602
El proceso, en buenas cuentas, es la resultante de la vigencia de un contorno de condiciones inevitable, en
el que se mueve el mundo, que lo encausa hacia la formación de una sociedad mundial, hecho que, a su vez, se
determina por el impacto que sobre el mismo ejerce el desarrollo de la ciencia y de la técnica: el producto de
mediato plazo del proceso, es el cambio de la estructura de poder mundial (agotamiento y reemplazo de la onda
financiera de reproducción del capital –“larga ola expansiva”: T. Dos Santos-; cambio, que no impone la
vigencia de una nueva onda productiva Kondratieff –la instalación y vida útil del capital privado y social
plasmado- para la humanidad, sino la emergencia lenta y sinuosa de una onda larga de carácter “mecatrónica”
para los anillos centrales del sistema, creencia, que se ha hecho notar; mientras que una de tipo “marginal” de
prelación de la economía mercantil simple, para las neocolonias), en la que el capital debe necesariamente
reducir la brecha de ingresos nacionales (la inversión del capital va a propender a superar los desequilibrios;
en ese sentido se producen procesos de reproducción burguesa regresivos) e individuales (el mismo poder
económico-político mundial adquiere conciencia de la necesidad de aplicar esa contratendencia dilatoria). En
el escenario productivo global se consolida un solo proceso de reproducción planetario, al cual todas las
“sociedades” parciales tienen que asimilarse (pues, otra vía de reproducción social no es posible), sobre todo,
debido a que en las neocolonias no se genera ni ciencia ni tecnología (las tecnologías y el llamado saber
ancestral, en su mayor parte, son elementales, empírico e ingenuo, en su orden); y, puesto que prosigue el
proceso de ruptura de las relaciones sociales burguesas, “que ya no son escenario de desarrollo y progreso
humano”, llega a su término la política de comercio internacional, debido a esa ruptura geoeconómica y en
virtud de que el comercio entre transnacionales y a su interior, se incrementa. Este, es un ámbito mundial ajeno
a la voluntad: desconcentrarse del capital, asimilarse a la “globalización homogenizante” por parte de las
subculturas vernáculas (este hecho –en su formalidad- lo intuye y lo reconoce el propio staff tecnoburocrático
del capital al aseverar: “en el fenómeno de la globalización las grandes empresas no dominan y engullen a las
pequeñas; el tamaño de la organización se está convirtiendo en una condición secundaria… muchas
organizaciones grandes se están dividiendo para conseguir agilidad y flexibilidad…”).
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