Bajar documento - La nueva concepción de la historia

hadrones”): propiedad “Dios” (“Bosón de Higgs” 259 ), reaparece en todas las facetas de la
realidad tanto como en su representación: en la Física, la Química, la Biología, la Economía, la
Sociología, la Politología, la Cosmología, la Filosofía. En economía, por ejemplo, un nuevo
valor creado por el trabajo humano, no es más que masa muscular (trabajo) puesta en relación
con la naturaleza (materia prima, medios de trabajo) con el empleo de instrumentos
(movimiento conciencial ontologizado), cuya acción modifica la forma de la materia prima
convirtiéndola en bien o en servicio (en todo momento se hallan presentes los “factores” masa y
movimiento a diversos niveles de combinación -debería ensayarse un ejercicio demostrativo de
elucidación del principio para cada ciencia, más no es el momento) 260 .
¿Por qué existe la realidad, la materia?; ¿cuál es su estructura (Universo –Cosmología-,
sociedad -Humanología, pensamiento –Lógica)?; ¿su proceso?; ¿en qué consiste su “sentido”
(razón, propósito, objetivo, finalidad)? Esas son las preguntas apropiadas. Al tratar de
responder las interrogantes sobre el Universo, aparecen las hipótesis conocidas: Mecánica
clásica, Relatividad, Mecánica cuántica, la Teoría estándar, las Cuerdas cósmicas. Como el
“objeto de conocimiento” es inmenso, no es posible manipularlo experimentalmente en
laboratorio, lo cual ha priorizado como mecanismo cognitivo a la inferencia, a la
hipotetización, a la matematización, a la emergencia de la disciplina llamada Física teórica.
Todas estas “teorías” (a excepción de la de la Relatividad, que se dice que ha sido
comprobada –la hipótesis de los “gemelos”- y sobre todo por cuanto ha sido la base de
desarrollos tecnológicos atómicos) no son más que devaneos hipotéticos, que permiten probar
lo que pueden hacer las matemáticas; enfoques que deben ser tenidos en cuenta debido a que
son los únicos que abordan el complejo mundo de los “grandes números”; no obstante, está
pendiente en ellos el discurso concreto sobre la estructura de la materia, el modo de ser de su
movimiento (el descubrimiento del Bosón de Higgs no produce el conocimiento del llamado
“campo de Higgs”: el choque que ha recreado la temperatura del Big Bang y en el cual nacen
partículas y antipartículas), de su razón; además, muchas de sus sugestiones infringen el
principio de objetividad, en tanto no han podido pasar de la inferencia a la empírea, por lo que
allí radica el esoterismo subrepticiamente inexpugnable sustentado por el prestigio que tienen
sus cultores.
El “problema” referido, no se constituye a nivel de la realidad, puesto que algún día se
tendrá acceso a ella y su reflejo validará teorías y entregará el saber objetivo, verificado; sino
a nivel de la especulación científica, para la que debe recurrirse a los axiomas. El principio
fundamental refiere al concepto de materia: monismo (masa y propiedades) o dualismo
(materia/energía). Toda la cosmología: Relatividad, Modelo estándar, Cuerdas cósmicas, se
basa en la dualidad idealista-religiosa de materia y energía: allí su primer “error”. El segundo
(este aspecto se impugna reiteradamente en este documento), es haber ontologizado las
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Partícula propuesta en la década de los 60 del siglo XX, que ha sido verificada su existencia en el 2012, y con
lo cual se demuestra –también-, que la materia es masa (y movimiento). Para cerrar el Modelo Estándar (la Tabla
Periódica “cuántica”) faltaba un “elemento”: el Bosón, y la explicación derivada para la interrogante: ¿de dónde
proviene la masa? Con la comprobación “empírica” de la existencia del Bosón de Higgs, se cubre de una sola la
pareja de hiatos; sin embargo, queda pendiente la compatibilización entre la Relatividad y el modelo cuántico, y
la gran pregunta: ¿por qué existe el Universo? Entre las posiciones curiosas de los propios físicos y de quienes se
interesan por el campo, se pueden citar: 1) los físicos descubridores del Bosón de Higgs llegan a concluir, que la
masa: no es masa, sino “la expresión de la inercia y esta última es la pereza que los objetos ofrecen al ser
movidos, que para desplazarlos hay que aplicar una fuerza y lo que se opone es la masa: el campo de Higgs”
(pero señores: ¿qué son los objetos, sino masa?; en realidad, entre las eminencias se vuelve a lo mismo por
desmaterializar, desmasificar, decompactizar a las partículas y, curiosamente: al propio Bosón –algo que no tiene
masa, da masa: en el preuniverso se produce enfriamiento y por generación espontánea aparece la masa a
milésimas de segundos [milésimas de movimiento, debería decirse] luego del Big Bang-; la conclusión aporética
en referencia semeja una ecuación con dos incógnitas o la explicación de un hecho en la que se incluye al propio
hecho); 2) que como el núcleo atómico tiene partición (tautología), nada niega que también el Bosón de Higgs,
que se piensa sea la frontera de la materia, puede ser dividido y así hasta el infinito tanto en el microcosmos
como en el macrocosmos (agrandado); 3) la concepción burda, según la que: “la parte que la mente no
comprende, es Dios”.
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La compartamentalización positivista del saber, llevó también a considerar precipicios conceptuales
insalvables entre sus disciplinas; así por ejemplo: la noción “energía” se dice que es una en la Física y otra muy
diferente y no intercambiable en Economía; cuando, en realidad, el movimiento de la materia es el mismo en
todo lado: fuerza que como propiedad de la masa ejerce efecto de desplazamiento en un caso y esfuerzo
(trabajo), que produce un producto, en el otro; lo cual no implica que las leyes de la Física (las Cuerdas, por
ejemplo) se trasplanten para explicar los hechos humanos, al interior de los cuales la conciencia, los intereses, la
inteligencia, el pensamiento en condiciones de asimetría estructural, ingresan el factor de la estrategia.
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