Bajar documento - La nueva concepción de la historia

¿Qué es realmente la conciencia humana, la percepción individual? Es procedente
admitir al respecto, que la conciencia individual es el saber ideal, simbólico y sensorial,
asentado en el sistema de su memoria, aprendido y/o autogenerado. El ser consciente es la
suma de la conciencia y la autoconciencia actuantes en la dinamia presente del entorno.
¿Puede ser prolongado el ser consciente más allá de la vigencia del período natural dado a la
vida? Es decir: ¿es posible recoger la conciencia (rescatarlo, verbi gracia, de una persona que
está a punto de morir), ubicarlo en otro recipiente, mediante, por ejemplo: el proceso llamado:
escaneo? ¡No! (lo cual prueba la certeza de la concepción monista de la vida). Este “software”
(el ser consciente) no puede ser fuera de su propio y único “hardware” (de lo cual se colige
que: sin hardware biológico –memoria y procesador naturales- no puede existir mente,
espíritu o alma algunos 1231 ); si la conciencia es la información que circula y da vida subjetiva
a la sociedad, la que es internalizada en el cerebro y es razón de funcionamiento de éste, aquí
el fenómeno no ocurre como cuando se elabora un programa lógico y éste es insertado en
cualquier disco duro (en verdad, debe hallarse la conciencia colectiva en operación, para que
la individual funcione y se provea de sentido; pero, la conciencia social –omnipresente- tiene
como condición suya a la actividad de la individual). La realidad material se impone: si bien
es verdad que el software es el mismo para cada cerebro que vive en una época, lugar y clase
social, el hardware es único, de modo que siempre debe haber ese cerebro para que el
individuo funcione y sea tal. La única forma de prolongar la conciencia es preservando
orgánico-funcionalmente (mantener en nitrógeno líquido la cabeza completa de una persona)
la estructura material del cerebro por fuera de su límite biológico. La individualidad y el ser
consciente, por más que ésta provenga o sea la réplica de la conciencia social (humana), lo
pone la materia, el hardware, el cerebro (ya se ha dicho que el dualismo considera, que puede
conservarse la conciencia fuera de su base material neuronal por escaneo, de modo que poco
importa que el cerebro se descomponga con la muerte; pero la ciencia, que está preservando
este órgano está actuando bien, pues, almacena tanto el CPU como la información en unidad
indisoluble 1232 ).
Ahora bien, así como no es práctico perennizar la vida de una fruta o de su árbol,
puesto que en otro lado habrá o nacerá otro árbol, el cual dará su fruto –aunque los “bancos
germoplásmicos” tiendan hacia allá (“... millones de personas sólo vegetando en la vida”
-Matrix)-, no es posible la prolongación indefinida de una forma de vida en una parte del
Universo (sin embargo, a los artistas, a las personas en las que prevalecen las destrezas
afectivas en la inteligencia, se los oye decir: que no tendrá sentido una vida exenta de
misterios), la necesidad de pensar en la presencia de una sustancia inmaterial y de una Entidad
supramaterial “principio de sí mismo” (Sartre), se vuelve innecesaria; y, esta contradicción in
muere mi cerebro y se coloca esa información en otro cerebro: ese ya no seré yo, pues, si bien el sistema de
movimiento ha sido recuperado, la materia coherente no lo ha sido (la esfera sensorial es el problema, el cual
paradójicamente individualiza la conciencia, la personalidad, la identidad mediante el sistema de la experiencia
o realidad social vivida).
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El sistema cibernético que contenga la conciencia como información (escaneo de la conciencia humana e
implantación en un dispositivo automatizado): ¡sigue siendo inconsciente! (este hecho se mantendrá, incluso si
se diseña todo un programa complejo de “simulación de personalidad”, con el que se pretenda volver
consciente a una máquina inteligente –que pueda sentir, tener sentimientos). En la conjunción: inteligencia
natural/inteligencia artificial, la porción natural del software de la inteligencia será la parte del complejo
mixto, que dote de conciencia auténtica al entramado. La conciencia digitalizada, esto es, la información
histórica e ideológicamente orgánica fuera del hardware cerebral natural, se tornaría en simple información: en
sistema orgánico de datos que habrán perdido su cualidad “espiritual”, pues, paradójicamente, es la esfera
sensorial la que permite “sentir” a la conciencia (la ley es: cada software con su hardware; es por eso que las
mitologías de la reencarnación y la resurrección son insulsas; luego, si se desea prolongar la existencia de la
conciencia/espíritu, la única vía es la prolongación de la vida o la conquista de la inmortalidad directamente
–aunque al final de todo, se deba renunciar voluntariamente a ella).
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En una película (de ciencia ficción, claro), se dice que se ha procedido a realizar procesos transhumanistas,
según los cuales fueron escaneados segmentos de la conciencia de una persona viva e implantados en el cerebro
también vivo de otro ser humano; en esta última, el fragmento de conciencia implantada operó como recuerdo y
la persona receptora empezó a “ver” imágenes del pasado en las que fornicaba (el eufemismo es: hacía el
amor) con su consorte (en realidad, lo que había hecho el “donante” con su esposa). Ahora bien, una
conciencia escaneada, deja de ser tal y se transforma en simple información únicamente, puesto que ha sido
retirada del hardware propio, original (de la esfera sensorial histórica, individual, exclusiva); y, si puede volver
a ser conciencia la parte escaneada y transferida, es por cuanto el cerebro receptor (hardware) está vivo, tiene
la estructura sensitiva, por tanto, esa información vuelve a adquirir las propiedades de conciencia al entrar en
contacto con dicha esfera. Fuera del cerebro vivo y del correlativo, la conciencia solamente se torna
información, conocimiento o banco sistémico de datos.
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