Bajar documento - La nueva concepción de la historia

conciencia”, para ser perfectamente sujetada (en el Ecuador, en Quito, por ejemplo, las
domésticas y toda esa población que pasa recluida trabajando como asnos en el transcurso de
toda la semana, invaden los parques los días domingos por la tarde). En efecto, es la etapa de
concreción del sistema de intercambio productivo o simplemente de la esfera mercantil: la
pintura, la música se convierten en puros y simples negocios; con el turismo (otra forma de
ensalzar a Eros, pero “pelucona”) también se ha promovido la producción artesanal de
suvenires. Fuerza de incidencia sobre la forma de realización humana que prioriza la vertiente
afectiva, es aquella que proviene de las políticas gubernamentales como de toda esa serie de
instituciones espontáneamente agenciosas y de ciertos personajes, que con programas
educativos, medidas informales (proyectos) y toda clase de sugerencias, incentivan sobre todo
a la niñez, a otorgar importancia al folclor, al rescate y práctica de las tradiciones, sobre el
supuesto de recuperar y mantener viva la identidad (respecto de toda esta aberración
troglodita, la técnica, la ciencia, las comunicaciones y los fenómenos de integración mundial,
operan oponiéndoseles).
Por otra parte, la apertura de centros de diversión sexual para mujeres, demuestra la
naturaleza –en esta caso sí: genética, natural, hereditaria- poligámica y poliándrica –esta
última reprimida en las sociedades clasistas- del ser humano (el grado de antigüedad de la
“institución” de la prostitución –“morigerada” por los llamados harenes-; ¿acaso el
monopolio de los harenes tornaba escasa la presencia de mujeres, incrementando su valor,
promoviendo la prostitución mediante la cual una mujer satisfacía a varios machos,
resolviendo el problema del desbalance?); las dos tendencias comportamentales han logrado
ser parcialmente reprimidas por las relaciones clasistas de producción, por el carácter casi
exclusivamente económico dado a la llamada familia; sobre esta última -se anota de paso- se
ha producido toda una teoría apologética sobre sus virtudes (“hay una institución que da amor
durante 365 días del año,...”), la que ha prendido en el pueblo, sobre todo en aquel que acusa
elevados índices de apego a la mitología religiosa. Ahora bien, “no hay derecho” de utilizar a
una persona o a otras personas a fin de buscar uno ser feliz; es egoísmo elegir a una persona
para tener “mis hijos”, para acceder al placer, incluso si la otra o las otras, manifiestan desear
lo mismo; de ese modo se concreta en la esfera social la tesis intuitivista de Hayek: el orden
espontáneo montado sobre la pulsión inmanente a los intereses individuales, como fuerzas
ciegas que coinciden, se buscan y realizan su propósito. A decir verdad, el ser humano que
viene: será bueno, muy bueno, enteramente racional, producto precisamente del diálogo de la
intersubjetividad ética y ciudadana de Habermas 1205 .
La prostitución, en la era posmoderna (moderna simplemente, puesto que “lo
moderno” no es más que “lo nuevo en el contexto de lo que siempre ha existido”; lo
posmoderno, por tanto, viene siendo lo similar), ha asumido una forma normal en toda la
esfera terrestre, incluso en contradicción (¿o superación?) del concepto de la época que
produjo W, Benjamín de ella: ya no pertenece a las esferas sombrías, nocturnas, a los pasajes
y al anonimato: mercancía-servicio que tienta a mirarse a sí misma (en realidad, al día
siguiente de la constitución de la institución del matrimonio monogámico, con la instauración
de primer sistema clasista: el esclavismo, se debe haber iniciado la prostitución). Las actuales
generaciones inician la práctica sexual incluso antes de que hayan madurado los órganos
reproductivos: a los 10 años en promedio; la “institución” de la “amistad con derecho” (al
coito) se ha vuelto usual; el número de divorcios y de uniones libres va siempre en ascenso;
los matrimonios no llegan a durar el quinquenio; y, el acostarse por parte de una mujer con
varias parejas en forma paralela o sucesiva, se ha tornado común. Las prácticas de la
prostitución, que se entendían en sentido únicamente profesional, se han regado en la
sociedad, con la diferencia de que mientras las clásicas meretrices recluían para sí la dignidad
de toda actividad que es considerada como “trabajo”, esto es, de orden económica, en las
personas “normales”, se realiza esa actividad atada al bochorno de la sola “putería”.
Según las citadas consideraciones, la teoría y la práctica de la sexualidad humana
termina en la historia al instalarse –retornar- el género en su –a- etapa más desarrollada de
ella: la comunidad sexual (bonobo racional). Y, a esta forma de realización del “amor”, ciertas
1205
Tempranamente en el siglo pasado (XX), en la década de los treinta, se da una idea (o se la desarrolla)
sobre la forma humana futura por venir como efecto del desarrollo de las condiciones materiales de vida de la
especie; en efecto Max Adler en el penúltimo capítulo de su libro “La concepción del Estado en el marxismo”,
ensaya toda un descripción del nuevo habitus del ser humano, que ha superado el modo de ser burgués. En una
palabra: con la abstracción histórica del capitalismo, el ser humano se volverá bueno.
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