11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

tenía apostado a Belch Huggins allí, también por siacaso. Ja, ja, ja, ja.Richie vio a Belch; de lo contrario no habríaexistido carrera alguna. Belch estaba mirandohacia el parque de Derry, con un cigarrillo apagadoen una mano, mientras con la otra se despegabasoñadoramente del culo los fondillos del pantalón.Richie, palp<strong>it</strong>ante el corazón, cruzósilenciosamente el patio. Había caminado casi unamanzana por Charter Street cuando Belch giró lacabeza y lo vio. Llamó a gr<strong>it</strong>os a Henry y Victor ydesde entonces se prolongaba la persecución.Cuando Richie llegó, al departamento dejuguetes estaba total y horriblemente desierto. Nisiquiera quedaba allí algún vendedor retrasado, unbienvenido adulto que pusiera fin a la s<strong>it</strong>uaciónantes de que se les escapara de las manos. El chicooía ya la proximidad de los tres jinetes delapocalipsis. Y ya no podía seguir corriendo. Cadainhalación le provocaba una intensa puntada en elflanco.Su vista se fijó en una puerta que decía "Salidade emergencia. Alarma conectada". En su pecho serenovó la esperanza.Corrió por el pasillo, atestado de patos Donalden cajas de sorpresa, tanques del ejérc<strong>it</strong>onorteamericano fabricados en Japón, pistolas defulminante y robots a cuerda. Llegó a la puerta ygolpeó la barra con todas sus fuerzas. La puerta se1000

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!