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it-eso-stephen-king

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"Eso" sabía exactamente quién era el jefe. Tratabade alcanzar a Bill. Beverly tensó la honda y disparó.Una vez más, el proyectil no iba hacia el blanco,pero en esa oportunidad no hubo curva salvadora.Pasó a más de treinta centímetros abriendo unagujero en el empapelado de la pared, sobre labañera. Bill pronunció una maldición a gr<strong>it</strong>os.La cabeza del hombre–lobo giró en redondo;sus ojos verdes, relucientes, estudiaron a Beverlypor un instante. Ben, sin pensar, se puso delantede ella, que buscaba a ciegas, en su bolsillo, la otramunición de plata. Sus vaqueros eran demasiadoajustados, porque aún estaba usando la ropa delaño anterior. Sus dedos se cerraron sobre la bol<strong>it</strong>a,pero se le escapó. La buscó a tientas y logróencontrarla. Tiró de ella sacándose el bolsillo ydesparramando catorce centavos, dos entradas decine y un puñado de pelusa.El hombre–lobo lanzó un zarpazo a Ben, que semantenía protectoramente de pie delante de ella...bloqueándole la puntería. El monstruo tenía lacabeza inclinada en el ángulo mortífero de la bestiade presa y hacía sonar los dientes. Ben estiró lamano, a ciegas. En sus reacciones ya no habíaespacio para el terror: experimentaba, en cambio,una especie de furia mezclada con el desconcierto yla sensación de que el tiempo, de algún modo, sehabía detenido con un inesperado chirriar defrenos. Hundió los dedos en el pelo duro,apelmazado ("Su pelaje –pensó–, esto es su1507

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