11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

trabajaba Mandy con su excavadora, con laesperanza de que se fuera, pero la presencia de laradio sugería que Mandy pensaba quedarse allítoda la tarde. Eso habría fastidiado al mismo Papa,pensó Bill, porque no había mejor s<strong>it</strong>io paradisparar cohetes. Se los podía poner bajo envasesde hojalata y ver cómo volaban por el aire, oencender las mechas y dejarlos caer en una botella,y de inmediato poner pies en polvorosa. Lasbotellas no siempre estallaban, pero hab<strong>it</strong>ualmentesí.—Ojalá tuviésemos algunos petardos M–80 –suspiró Richie, sin saber que muy pronto learrojarían uno a la cabeza.—Dice mi madre que la gente debe conformarsecon lo que tiene –dijo Eddie con tanta solemnidadque todos rieron.Cuando pasó la risa, todos volvieron la vistahacia Bill.Él pensó por un rato y dijo:—C–c–conozco otro l–lugar. En el e–e–extremo de Los Ba–barrens, junto a las ví–vías delf–f–ferrocarril, hay un fo–foso de g–g–grava...—¡Sí! –exclamó Stan, levantándose–. ¡Loconozco! ¡Eres un genio, Bill!—Allí sí que harán eco –dijo Beverly.—Bueno, vamos –dijo Richie.Y los seis, faltando uno para el número mágico,1174

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!