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it-eso-stephen-king

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incendio del Black Spot. Esa tarde lo habíanllenado de drogas porque el dolor era muy fuerte;él perdía la conciencia y volvía a recuperarla; aveces hablaba con claridad; a veces, en ese idiomaexótico que llamo "onirocieno". En ocasiones yoestaba seguro de que se dirigía a mí, pero a ratosme daba la impresión de haberme confundido consu hermano Phil. Si le pregunté por lo del BlackSpot no fue por un motivo especial; simplementeme vino a la cabeza y lo aproveché.Sus ojos se aclararon y sonrió levemente.—No lo has olvidado, ¿eh, Mikey?—No, señor –dije, aunque llevaba tres años omás sin acordarme del asunto–. No me lo qu<strong>it</strong>o dela cabeza.—Bueno, te lo contaré. Creo que ya tienes edad,con tus quince años, y tu madre no está aquí paraimpedírmelo. Además, debes estar enterado. Creoque sólo en Derry podría ocurrir una cosa así, ytambién debes saber <strong>eso</strong>. Para que estés prevenido.Para ese tipo de cosas, este lugar parece habertenido siempre las condiciones adecuadas. Te vascon cuidado, Mikey, ¿verdad?—Sí –le dije.—Bueno. –Su cabeza se apoyó otra vez en laalmohada–. Así me gusta. –Creí que seadormecería, pues había cerrado los ojos, pero encambio comenzó a hablar.778

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