11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Ben giró en redondo y empezó a retorcerse parapasar por la ventana. Habría debido prever lo queocurrió de inmediato; era casi inev<strong>it</strong>able que seatascara. Su trasero chocó con el marco de laventana y no le perm<strong>it</strong>ió avanzar más. Trató desalir y se dio cuenta, horrorizado, de que podía irhacia fuera, pero con grave peligro de que lospantalones (y quizá también los calzoncillos) se lebajaran hasta las rodillas. Y allí quedaría, con suenorme trasero prácticamente en la cara de suamada.—¡Date prisa! –dijo Eddie.Ben tironeó ceñudamente con ambas manos.Por un momento le fue imposible moverse, pero alfin sus posaderas atravesaron el agujero. Losvaqueros le ciñeron dolorosamente las inglesestrujándole los testículos. La parte alta de laventana le enroscó la camisa hasta los omóplatos.Ahora era la barriga lo que le impedía seguir.—Húndela, Ben –dijo Richie entre ris<strong>it</strong>ashistéricas–. Si no la hundes, tendremos que enviara Mike por el tractor de su padre para sacarte deahí.—Bip–bip, Richie –dijo Ben, apretando losdientes.Hundió el estómago tanto como pudo,luchando contra el pánico y la claustrofobia. Sucara se había puesto roja, brillante de sudor. Elagrio olor de las hojas seguía en su nariz,1484

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!