11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Y entonces se oyó un fuerte ¡bang!, como el deun petardo, pero era el tambor de MartyDevereaux, que había estallado por el calor. Elfuego ya corría por las vigas y se estabaencendiendo el ace<strong>it</strong>e del suelo.—¡Claro que sé! –gr<strong>it</strong>ó Dick–. ¡Claro que sé!Dick me tomó de la otra mano y por unmomento, quedé en medio del tira y afloja. Por finTrev echó un vistazo a la puerta y siguió a Dick.Dick nos llevó hasta una ventana y levantó una sillapara romperla, pero el calor la hizo estallar antesque él. Entonces tomó a Trev Dawson por elfondillo de los pantalones y lo impulsó haciaarriba.—¡Trepa! –le gr<strong>it</strong>a–. ¡Trepa, hijo de puta!Y Trev subió, pasando de cabeza por el agujero.Después me levantó a mí. Yo me cogí del marcode la ventana para tirar. Al otro día tenía las manosllenas de ampollas, porque esa madera ya estabahumeando. Caí de cabeza. Si Trev no me hubierasujetado tal vez me habría roto el cuello.Cuando nos volvimos, aquello era unapesadilla, Mikey. La ventana era sólo un cuadradode luz amarilla y quemante. Las llamas salían porvarios puntos del techo de lata. Se oían los aullidosde la gente que estaba dentro.Vi que dos manos pardas se ag<strong>it</strong>aban delantedel fuego: las manos de Dick. Trev Dawson me hizo798

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!