11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

gilipollas...Tom la incorporó de un tirón y ella sintió quealgo cedía en su hombro. Más dolor, tan fuerte queestuvo a punto de vom<strong>it</strong>ar. Él la hizo girar otra vezsin soltarle el brazo y se lo retorció a la espalda.Kay se mordió el labio, decidida a no gr<strong>it</strong>ar más.—¿"A dónde fue"?Kay sacudió la cabeza.Él volvió a tirar de su brazo con violencia. Sualiento cálido jadeaba contra la oreja de Kay.—¿"A dónde fue"?—...sé.—¿Qué?—¡"No lo sé"!Tom la soltó y le dio un empujón. Kay cayó alsuelo, sollozando; de la nariz le brotaban moco ysangre. Hubo un chasquido casi musical. Cuandose volvió a mirar, Tom se estaba inclinando haciaella. Había roto la parte superior de un florero decristal de Waterford. Lo cogía por la base,sosteniendo el borde mellado a pocos centímetrosde su cara. Ella lo miró como hipnotizada.—Deja que te diga algo –pronunció él, entrebreves jadeos y aliento caliente–: si no me cuentasdónde está, tendrás que recoger del suelo los restosde tu, cara. Tienes tres segundos."Mi cara", pensó ella. Y fue <strong>eso</strong>, por fin, lo que1078

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!