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it-eso-stephen-king

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—¿Qué has dicho? –preguntó Richie. Estabaasustado... pero también algo intrigado.—Q–q–quiero echar un vi–vistazo bajo ese p–p–porche –dijo Bill.Su voz era la de un empecinado, pero nomiraba a Richie. En sus pómulos había una fuertemancha de color. Habían llegado a la casa deRichie, y allí estaba Maggie Tozier, en el porche,leyendo un libro. Los saludó con la mano:—¡Hola, chicos! ¿Queréis té helado?—Enseguida vamos, mamá –dijo Richie. Y aBill–: Allá no habrá nadie. Probablemente Eddievio a un vagabundo y perdió la cabeza. Por Dios, yalo conoces.—Sí, lo c–c–conozco. P–p pero recu–recuerdalo de la f–f–foto del álálbum.Richie cambió de posición, incómodo. Billlevantó la mano derecha. Las tir<strong>it</strong>as ya no estaban,pero aún se veían círculos de tejido cicatrizado enlos tres primeros dedos.—Sí, pero...—E–e–escúchame–dijo Bill.Habló muy lentamente, mirándolo a los ojos.Una vez más, repasó las simil<strong>it</strong>udes entre el relatode Ben y el de Eddie... y las relacionó con lo queellos habían visto en la fotografía móvil. Sugirió,una vez más, que el payaso había asesinado a los625

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