11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

estimulantes. ¿Había una palabra que resumiese loque habían sido? Oh, sí. Siempre la hubo. Le motjuste. En este caso, le mot juste era desastres.Cómo volvía... cómo volvía todo... y allí estaba,en su madriguera, temblando con el desamparo deun pájaro sin nido en medio de una tormenta,temblando porque recordaba mucho más que aaquellos chicos de la infancia. Había otras cosas,cosas que en años no habían vuelto a su cabeza,cosas que ahora temblaban rozando la superficie.Cosas sangrientasUna oscuridad terrible.La casa de la calle Neibolt y Bill gr<strong>it</strong>ando: "¡Tú,m–m–mataste a mi hermano, hijo de p–p–puta!"¿Lo recordaba ahora? Lo justo para no quererrecordar nada más.Un olor a basura, un olor a mierda y un olor aalgo más. Algo peor que la mierda y la basura. Erael olor de la bestia, el olor de Eso, allá en laoscuridad, bajo Derry, donde las máquinasatronaban incesantemente. Se acordó, de George...Pero <strong>eso</strong> fue demasiado. Corrió al baño,tropezando en el trayecto. Llegó... pero apenas.Patinó por los lustrosos mosaicos hasta el inodoro,de rodillas, como un loco bailarín de breakdance;agarrándose a los bordes, vom<strong>it</strong>ó cuanto tenía enlas entrañas. Pero ni siquiera así se le pasó. Depronto vio a Georgie Denbrough como si hubiera118

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!