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it-eso-stephen-king

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—A veces creo saber la causa –dijo–. A vecessueño algo desagradable. Entonces despierto ypienso: "Ya sé. Ya sé qué va mal." No sólo el hechode que tú no quedes embarazada, sino todo. Todolo que va mal en mi vida.—¡Stanley! ¡En tu vida no hay nada que vayamal!—Por adentro no –dijo él–. Por adentro todoestá bien. Hablo de fuera. Algo que debería haberterminado y que no terminó. Cuando despierto de<strong>eso</strong>s sueños, pienso: "Toda mi vida no ha sido sinoel ojo de una tormenta que no comprendo." Tengomiedo, pero entonces... se desvanece. Como lossueños.Ella sabía que a veces Stan tenía sueñosag<strong>it</strong>ados. En cinco o seis oportunidades la habíadespertado gimiendo. Cuando tendía la manohacia él, interrogándolo, él decía siempre lomismo: "No me acuerdo." Luego buscaba loscigarrillos y fumaba sentado en la cama, esperandoque el residuo del sueño rezumara por sus poros,como un sudor enfermizo.No hubo hijos. En la noche del 23 de mayo de1985 (la noche del baño), los consuegros todavíaesperaban que les convirtieran en abuelos. El otrodorm<strong>it</strong>orio seguía siendo "el otro dorm<strong>it</strong>orio"; lascompresas seguían ocupando su s<strong>it</strong>ioacostumbrado en el armario, bajo el lavabo; laregla aún hacía su vis<strong>it</strong>a mensual. La madre de87

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