11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Volvió a erguirse, apenas consciente de lo quehacía.—Espero que ésta sea la única vez que debasalir a conducir –dijo Myra, casi gimiendo–. En losúltimos dos años me he vuelto más torpe que uncaballo. Y los uniformes me quedan tan mal...—Será la última vez, te lo juro.—¿Quién te llamó, Eddie?Como obedeciendo a una clave, una luz barrióla pared y se oyó un claxon: el taxi acababa deentrar por el camino de acc<strong>eso</strong> Sintió una oleada dealivio: habían utilizado los quince minutos enhablar de Pacino, no de Derry, Mike Hanlon yHenry Bowers. Mejor así. Mejor para Myra ytambién para él. No quería pasar un minutopensando o hablando de esas cosas mientras nofuera imprescindible.Se levantó.—Es mi taxi.Ella se puso de pie, tan apresuradamente quese enredó con el volante del camisón y trastabilló.Eddie la sostuvo, pero por un momento el asuntose presentó espinoso: Myra lo sobrepasaba encincuenta kilos.Y estaba gimoteando otra vez.—¡Tienes que decírmelo, Eddie!—No puedo. No hay tiempo.163

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!