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it-eso-stephen-king

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Volaron más piedras. Los chicos retrocedieronvelozmente hacia la tubería. Mike recibió uncascote en el brazo y se lo apretó con fuerzahaciendo una mueca de dolor hasta que el ardorfue cediendo.—Estamos empatados –observó Ben–. Ellos nopueden bajar y nosotros no podemos subir.—E–e–es que no deb–debemos subir –apuntóBill, en voz baja– y todos lo sabéis. S–s–s–se su–su–supone que no sald–d–dremos de a–a–aquí.Todos lo miraron, temerosos. Nadie dijo nada.La voz de Henry, disfrazando la ira de burla,exclamó:—¡Podemos esperar todo el día, niñatos!Beverly había girado en redondo y estabamirando hacia el interior de la tubería. La luz seperdía muy pronto y no se distinguía demasiado.Se trataba de un túnel de hormigón lleno hasta latercera parte de agua precip<strong>it</strong>ada. Notó que ahorallegaba más arriba que cuando habían entrado. Esose debía a que, por no funcionar la bomba, sóloparte del agua caía al Kenduskeag. Sintió unapunzada de claustrofobia en la garganta. Si el aguaseguía ascendiendo, todos se ahogarían.—¿Es preciso, Bill?Él se encogió de hombros. Eso lo decía todo. Sí,era preciso. ¿Qué remedio cabía? ¿Dejarse mataren Los Barrens por Henry, Victor y Belch? ¿O por1702

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