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it-eso-stephen-king

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Eddie dejó caer en el bolso la caja de Sucretsque contenía los estimulantes. El botiquín yaestaba casi vacío, descontando el Midol de Myra yun pom<strong>it</strong>o de Blistex, casi agotado. Después de unabreve pausa, tomó el Blistex. Cuando iba a cerrar elbolso, pensó un segundo más y dejó caer tambiénel Midol "Analgésico para dolores menstruales. (N.de la T.)" dentro del bolso. Ella podía comprarotro.—¿Eddie? –La voz sonaba desde la escalera.Eddie terminó de cerrar la cremallera y saliódel baño balanceando el bolso. Era un hombrebaj<strong>it</strong>o, de cara tímida y aconejada. Había perdidogran parte del pelo; el resto crecía en parchesinquietos, multicolores. El p<strong>eso</strong> del bolso loescoraba hacia un lado.Una mujer voluminosa estaba ascendiendolentamente de la planta baja. Eddie oyó el crujidode la escalera, que protestaba bajo su p<strong>eso</strong>.—¿Qué estás haciendo?Eddie no neces<strong>it</strong>aba consultar con unpsiquiatra para saber que, en cierto sentido, sehabía casado con su madre. Myra Kaspbrak eraenorme. Al casarse con Eddie, cinco años antes, erasólo corpulenta, pero él solía pensar que suinconsciente había visto la enormidad potencial deesa mujer. Bien sabía Dios que su propia madrehabía sido una mole. Y Myra se las compuso paraparecer más enorme que nunca al llegar a la planta145

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