11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

con bastante frecuencia en su propia casa, sobretodo los sábados por la noche, después de lassalchichas con judías. En el momento en quePatrick se pedoneó y Henry accionó el encendedor,ella vio algo que la dejó boquiabierta: del traserode Patrick parecía brotar directamente un chorrode llama azul, como la llama piloto de uncalentador de gas.Los chicos volvieron a bramar de risa, mientrasBeverly se retiraba tras el coche, ahogando susris<strong>it</strong>as. Si reía no era porque aquello la divirtiera.Era divertido, sí, pero sobre todo reía por unamezcla de profunda repulsión y espanto. Porque noconocía otro modo de medirse con lo que acababande ver. Eso tenía alguna relación con las "cosas" delos chicos, pero no llegaba a ser el todo, ni siquierala mayor parte de lo que sentía. Después de todo,sabía que los chicos tenían esas "cosas"; aquellopodía considerarse como un vistazo deconfirmación. Pero lo que estaban haciendoparecía tan extraño, ridículo y, al mismo tiempo,tan prim<strong>it</strong>ivo, que se descubrió, a pesar de suacc<strong>eso</strong> de hilaridad, buscando a tientas el centro desí misma, con cierta desesperación."Basta –pensó, como si ésa fuera la respuesta–.Basta, te van a oír. Basta ya, Bevvie."Pero <strong>eso</strong> era imposible. Todo lo que podía hacerera reír sin usar las cuerdas vocales para que lacarcajada brotase de ella bajo la forma de1407

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!