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it-eso-stephen-king

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tenías once años? ¡A los once años no se hacenpromesas en serio, por el amor de Dios! Y aunqueasí fuera, Rich, esto no es una compañía de segurosni un despacho de abogados, sino el mundo delespectáculo, por Dios, y ya sabes de qué se trata,coño. Si me hubieras avisado una semana atrás lohabría arreglado. Me estás poniendo entre laespada y la pared y lo sabes, así que no insultes miinteligencia.Steve estaba hablando casi a gr<strong>it</strong>os. Rich cerrólos ojos. "No lo olvidaré", había dicho Steve y Richsuponía que era cierto. Pero Steve también habíadicho que los chicos de once años no hacenpromesas en serio y <strong>eso</strong> no tenía nada de cierto.Rich no recordaba la promesa y ni siquiera estabaseguro de querer recordarlo, pero había sido muyen serio.—Tengo que irme, Steve.—De acuerdo. Vete y déjame plantado, mald<strong>it</strong>asea.—Steve, estás llev...Pero Steve ya había colgado. Rich hizo lopropio. En el momento en que se alejaba, elteléfono volvió a sonar. Aun antes de atender, supoque era otra vez Steve, más furioso que nunca. Aesas alturas no serviría de nada hablar con él, noconseguiría más que empeorar las cosas. Deslizóhacia la derecha la llave que el aparato tenía a unlado y la llamada enmudeció en medio de un114

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