11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

los seis y se detuvo, patinando. Por un momento surostro quedó marcado por la incertidumbre. Miróhacia atrás y vio a sus secuaces. Cuando se volvióhacia los Perdedores (Mike estaba de pie, junto aBill Denbrough, jadeando) lo hizo con una ampliasonrisa.—Te conozco, niñato –dijo, mirando a Bill.Dirigió la vista a Richie–. Y a ti también. ¿Dóndeestán tus cristales, cuatro–ojos? –Antes de queRichie pudiera contestar vio a Ben–. ¡Vaya! ¡Eljudío y el gordo también están aquí! ¿Ésa es tunovia, gordo?Ben dio un salt<strong>it</strong>o de miedo, como si lehubieran clavado un dedo.En ese momento Peter Gordon se detuvo juntoa Henry. Victor llegó y se le puso al otro lado; Belchy Moose Sadler llegaron los últimos y se colocaronjunto a Peter y Victor. Los dos grupos quedaronfrente a frente, en hileras casi formales.Henry habló, jadeando con fuerza; su vozsonaba casi como la de un toro humano.—Tengo que ajustar cuentas con muchos devosotros, pero por hoy lo dejaremos así. Quiero aese negro. Así que vosotros os largáis, mierd<strong>it</strong>assecas.—¡Ya habéis oído! –dijo Belch, muy vivaz.—¡Él mató a mi perro! –gr<strong>it</strong>ó Mike con vozaguda y rota–. ¡Él mismo lo dijo!1191

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!