11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

ellos cuando llegaba a casa; <strong>eso</strong>s "amigos" que lehabían hecho fracturar un brazo. Había contadotodo <strong>eso</strong> a la señora Van Prett, su vecina.—Ha llegado el momento –dijo, ceñuda– deponer las cartas sobre la mesa.La señora Van Prett, que tenía un cutis horribley siempre estaba dispuesta a asentir ansiosa, casipatéticamente, a cuanto Sonia dijese, en ese casohabía tenido la temeridad de estar en desacuerdo.—Más bien debería alegrarse de que ese chicohaya hecho algunos amigos –le dijo, mientrastendían la ropa lavada, en el fresco del amanecer,antes de salir a trabajar (<strong>eso</strong> había sido durante laprimera semana de julio). Está más seguro conotros chicos, señora Kaspbrak, ¿no le parece? Contodo lo que está pasando en la ciudad y todos <strong>eso</strong>spobrecillos asesinados...La única respuesta de la señora Kaspbrak habíasido un r<strong>eso</strong>plido furioso; en realidad no se lehabía ocurrido ninguna respuesta adecuada,aunque más tarde pensó diez o doce, algunasextremadamente cortantes. Cuando la señora VanPrett pasó a verla, esa noche, bastante preocupada,para saber si Sonia la acompañaría al mercado,como de costumbre, ella le había respondido queprefería quedarse en casa a descansar.Bueno, era de esperar que la Van Prettestuviese satisfecha. Ahora se daría cuenta de queese maniático sexual que mataba a los niños no era1367

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!