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it-eso-stephen-king

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ni por qué. Mientras funcionan, a nadie le importa.Cuando dejan de funcionar, el departamento deaguas corrientes envía a tres o cuatro pobres tíosque deben tratar de descubrir qué bomba seestropeó o dónde está el embozamiento... Estáoscuro, huele mal y hay ratas. Todos ésos sonbuenos motivos para no meterse, pero hay otromás importante: que uno puede perderse. No seríala primera vez.""No sería la primera vez. No sería la primeravez. No sería"...Por supuesto. Allí estaba ese montón de hu<strong>eso</strong>sy restos de uniforme que habían visto camino de lamadriguera de "Eso".Bill sintió que el pánico lo invadía y lo reprimió.No fue fácil. Lo sentía allí, vivo, forcejeando ydebatiéndose, tratando de escapar. A <strong>eso</strong> seagregaba la pregunta inoportuna, imposible de,responder, sobre si habían matado a "Eso". Richiedecía que sí, Mike decía que sí, y también Eddie.Pero a Bill no le había gustado la expresiónasustada y dub<strong>it</strong>ativa de Bev y Stan un momentoantes de apagarse la luz, mientras cruzaban lapuerta alejándose de la telaraña que caía.—Y ahora, ¿que hacemos? –preguntó Stan.Bill percibió el tremolor asustado e infantil desu voz y comprendió que la pregunta iba dirigida aél.—Sí –dijo Ben–. ¿Qué? Maldición, ojalá1863

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