11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

puerta de la cocina, se secaba las manos con unrepasador y fingía un desagrado que, en realidad,no sentía.Otras veces el camión no arrancaba. EntoncesMike tenía que esperar a que su padre volviera delgranero llevando la manivela y murmurando por lobajo. Mike estaba muy seguro de que algunas deesas palabras murmuradas eran palabrotas; en<strong>eso</strong>s momentos su padre le inspiraba un poco demiedo. (Sólo mucho más tarde, durante una de lasinterminables vis<strong>it</strong>as al hosp<strong>it</strong>al donde WillHanlon agonizaba, descubrió que su padremurmuraba porque la manivela una vez lo habíagolpeado al escapar de su s<strong>it</strong>io, haciéndole un corteen la boca.)—Apártate, Mickey –decía, encajando lamanivela en la base del radiador. Y cuando el FordA estaba, por fin, en marcha, decía que al añosiguiente lo cambiaría por un Chevrolet. Peronunca lo hacía. Ese viejo híbrido Ford A aún estabatras la casa, hundido en la hierba hasta los ejes.Cuando funcionaba, con Mike ya sentado juntoa su padre olfateando el ace<strong>it</strong>e caliente y los humosde escape, entusiasmado por la brisa que entrabapor el agujero sin vidrios, pensaba: "Ya está aquí laprimavera. Todos estamos despertando." Y en sualma se elevaba un hurra silencioso. Sentía amorhacia todo lo que le rodeaba y, sobre todo, hacia supadre, que le sonreía, exclamando:456

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!